Las bajas temperaturas y las primeras nevadas nos indica que es buen momento para fortalecer nuestro sistema inmunológico y evitar así constipados y las molestas infecciones que nos visitan durante el invierno. Te proponemos hacerlo practicando Yoga.
Por Cristina Herrero. Fotos: Gaia
EL YOGA RESULTA SER UNA EXCELENTE PRÁCTICA a la hora de fortalecer nuestro sistema inmune, lo cual es beneficioso no solo a la hora de combatir o incluso evitar trastornos leves como catarros, gripes o infecciones de garganta, sino también para contrarrestar los efectos de un sistema desequilibrado y sus consecuencias más a largo plazo, como pueden ser alergias, psoriasis, esclerosis y demás enfermedades autoinmunes.
Ya conocemos la eficacia del Yoga a la hora de reducir el estrés, y cada vez está más aceptada la relación entre la exposición prolongada a factores causantes de estrés y el padecimiento de un gran número de enfermedades y dolencias de lo más variadas. No es extraño acudir al médico para tratar una dolencia concreta y que este nos pregunte si hemos estado sometidos a estrés últimamente. Efectivamente, el sistema inmunitario y el sistema nervioso central están íntimamente conectados. Estudios científicos realizados en el campo de la psiconeuroinmunología han demostrado que existe un punto de reunión en donde el sistema nervioso autónomo se comunica directamente con el sistema inmunológico, mediante las células del sistema inmunológico (linfocitos, que viajan por el torrente sanguíneo por todo el organismo). Cuando se encuentran con células que reconocen, las dejan en paz, pero si se topan con células que no reconocen, las atacan. Esto nos defiende contra los virus y las bacterias. A veces sucede que las células del sistema inmune no logran reconocer algunas células del propio organismo y las atacan, creando así una enfermedad autoinmune. Las células del sistema inmunitario son producidas, maduradas y almacenadas en varios órganos:
l Médula ósea.
Para que la médula ósea pueda producir los linfocitos es necesario que se produzca una constante y correcta oxigenación, de ahí la importancia de reaprender a respirar y los ejercicios de pranayama.
l El timo.
Es una glándula situada detrás del esternón. Es uno de los pilares de nuestro sistema inmunológico, directamente relacionado con la conciencia los sentidos y el lenguaje. El timo se agranda cuando estamos alegres y se encoje cuando sentimos estrés o enfermamos. Las asanas de apertura de pecho son excelentes para activar el timo (Bujangasana, Dhanurasana, Ustrasana, Setu bhanda, Urdhva Mukha Svanasana). Existe una estrecha relación entre la música, los mantras y el sistema endocrino. Concretamente el sonido “Aaaa” tiene el poder de hacer vibrar el timo y mantenerlo activo durante toda la vida.
l El bazo.
Es un órgano vital situado en la parte superior izquierda de la cavidad abdominal. Sus funciones van desde la filtración de la sangre, participación en la absorción de los nutrientes de los alimentos, hasta ser el lugar de maduración y almacenamiento de los linfocitos. Las posturas de Yoga que comprimen y masajean el bazo son beneficiosas para mantenerlo en buen estado de funcionamiento (Torsiones profundas como Ardha Matsyendrasana, asanas de flexión lateral y oblicua hacia el lado izquierdo como Trikonasana, Janu sirsasana, Parsvottanasana). Un excelente ejercicio que favorece el sistema inmunológico es Suryanamaskar o Saludo al Sol, ya que combina extensiones de pecho que activan el timo, flexiones para masajear los órganos internos con una respiración acompasada con el movimiento.
Cristina Herrero es practicante y enamorada del Yoga desde el año 2000. Se formó como profesora de yoga en EYTA (Escuela de Yoga y Técnicas Alternativas); Yoga para niños y familias en Rainbow Kids Yoga; Profesora de meditación en la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal. Y formó parte del equipo de Aomm.tv.
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