La práctica de mindfulness en los niños y en los jóvenes tiene, como en cualquier otra edad, efectos beneficiosos a nivel cognitivo, emocional y social. Ya sea en el centro educativo o en casa, veamos qué implicaciones tiene adoptar esta práctica. Por eso, incluirlo como parte de la educación desde la primera infancia solo puede ayudar a los más pequeños a desarrollarse mejor posteriormente, en su adultez.
Cuando en 2020 nos confinaron por la pandemia, una de mis preocupaciones fue el impacto que esto tendría en niños y jóvenes y en su desarrollo personal. Y mi preocupación aumentó cuando se instauró la educación online obligatoria. No solo por la ausencia de relaciones humanas que esto conllevaba, sino por el enganche a la tecnología, bien por las clases o por el tiempo de ocio en casa. Cualquiera de los dos factores -falta de relaciones y exceso de tiempo de pantallas- van en contra de desarrollo sano y equilibrado de cualquier niño o joven.
Cuando hablo de mindfulness en educación, pienso en su práctica tanto en el ámbito de los centros escolares como en casa. A modo de recordatorio, la práctica de mindfulness se refiere a la práctica formal y la práctica del día a día o informal.
Mindfulness en casa y en familia
Uno de los contextos en los que practicar mindfulness y educación, está asociado a la práctica de la crianza consciente y respetuosa. En los últimos años, han aparecido más y más voces de padres y madres que abogan por una educación más sana, libre y consciente que acompañe al desarrollo natural de la prole. En realidad, se asocia con un modo de vivir más slow que no solo influye en la vida de uno como papá o mamá, sino que también en la toda la familia.
Un ejemplo de esto es el proyecto Vivir Mindfulness, de mi amiga Yolanda Herrero, con el que acompaña la conciliación familiar a través de mindfulness. Es solo una idea de la responsabilidad social que va de la mano con querer vivir mejor.
Y no se trata de hacer cambios radicales en la vida. Pero sí poder incorporar gestos sencillos del día a día para ir inoculando en los más pequeños otros hábitos de vida más saludables, más mindful. Por ejemplo, el momento del cepillado de dientes como práctica de mindfulness en familia, o el momento de las cenas, con los primeros bocados en silencio degustando (¡y agradeciendo!) por la comida.
En el libro de la psicóloga y colega Belén Colomina, Mindfulness para Familias. Una maravillosa expedición con miles de estrellas, podrás encontrar varias ideas sencillas y divertidas para practicar mindfulness en familia.
Mindfulness en el contexto escolar
El otro gran campo en el que aplicar mindfulness educativo es el contexto escolar. Y dado que es mi otro campo de actuación junto con las empresas, quisiera profundizar un poco más.
Quizás la primera re exión que podríamos hacer es: ¿qué le falta a la Educación de hoy? ¿Y qué le sobra? Estas dos preguntas son el inicio de mi programa Ser Para Educar. Inteligencia emocional para futuros educadores, que desde el año 2021 llevo a cabo en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense.
De estas preguntas, discutidas en grupos, salen muchísimas cosas y motivación al cambio en los grupos. Y de los elementos que más se repiten año tras año están la ausencia de bienestar y felicidad en las aulas (de estudiantes y profesorado), la desmotivación del que enseña y la dificultad de atención y aprendizaje del que aprende.
Toda la comunidad educativa está implicada
Cuando hablamos del contexto escolar no solo nos referimos, al que enseña (profe) y al que aprende (alumnado). Toda la comunidad educativa es parte del buen funcionamiento de un centro y, por tanto, de la educación en el mismo: dirección del centro, administración, familias… hasta el servicio auxiliar en el comedor, transporte, cuidado del centro y limpieza son piezas importantes. Cuando en el colegio de mi hijo se cambió de conserje, los niños necesitaron adaptación. La entrada al cole cada día ya no era tan divertida. Ángel se conocía a cada niño y con cada uno (casi uno a uno) tenía un gesto cariñoso cada mañana. Todos somos responsables de la educación en el centro educativo de nuestros hijos.
¿Cuáles son los beneficios de la aplicación del mindfulness en los centros educativos? Capacidad de prestar atención a lo que sucede en el momento presente, en nuestra mente, nuestro cuerpo y en nuestro alrededor con una actitud de apertura y sin juicio. Mindfulness significa estar con lo que es.
Claves para implementar el mindfulness
Mindfulness tiene numerosas aplicaciones en el contexto educativo. En el proyecto Educar Emocional-Mente (EEM), del que soy socia fundadora y directora, acompañamos a toda la comunidad educativa a la integración de mindfulness (y otras herramientas) en cualquiera de sus aplicaciones.
Si hablamos a nivel de Dirección de un centro, mindfulness es una estrategia para el desarrollo de los planes o Programas de Centro (PEC), sobre los que se diseñan la propuesta educativa de un centro, su misión y visión, sus objetivos, etc. Todo centro educativo tiene el suyo, ya sea centro público o privado. Conozco varios centros cuyos PEC se basan en la educación emocional y el mindfulness.
No hay duda de que mindfulness presenta una innovación educativa y tiene cierto toque de «moda» muy atractivo para el reclamo de familias a un centro. Sin embargo, es fundamental que dicho centro forma a su profesorado previamente a la integración del mindfulness en cualquier plan.
También para los profesores
A nivel de formación del profesorado, mindfulness es de gran importancia. Ya sea en la formación inicial del profesorado en las facultades de educación de las universidades o en la formación continua del profesorado en activo, Mindfulness va a tener impacto directo en la regulación emocional y en el trabajo sobre atención y presencia a la hora de educar. Pero, además, puede convertirse en recurso para su labor educativa. Eso es precisamente lo que aporta el programa Experto en Mindfulness como recurso educativo que el equipo de EEM codirige en la Facultad de Educación de la UCM. Dota para el profesorado de las habilidades y conocimientos para que conviertan mindfulness en un recurso para el aula, con ideas para el diseño de unidades, ideas para las clases y las tutorías.
Los programas de formación del profesorado son de suma importancia para poder introducir Mindfulness de manera correcta y con la pedagogía adecuada. Además, Mindfulness requiere de práctica previa antes de ponerlo en marcha en el aula para los alumnos. Requiere la integración por parte del profesorado previa a la experiencia en el aula. Es decir, requiere coherencia y autenticidad en la práctica.
En las visitas del equipo de EEM a centros hemos visto muy buenas intenciones de algunos profes, pero una manera de llevar Mindfulness al aula muy poco adecuada y contraproducente para los niños. De ahí la importancia de un buen programa formativo para el profesorado.
Minfulness en el aula
El uso de Mindfulness tiene una larga trayectoria en aulas de Primaria y Secundaria a nivel internacional, casi siempre como herramienta integrada en programas más globales. Una de las primeras referencias es el programa SEL (Social and Emotional Learning), creado en 1994 en Chicago con el n de promover la educación emocional con niños y jóvenes, en el que la meditación en el aula ya ocupaba un papel importante. Este programa jugó un papel importante en las escuelas de Nueva York en el atentado de las torres gemelas y en la actualidad está implantado en miles de escuelas.
En España, también existen numerosos programas de mindfulness para el aula. El programa TREVA, Escuelas Despiertas, Crecer Respirando, Aulas Felices o nuestro programa Educar Emocional-Mente son ejemplos de iniciativas basadas en mindfulness que ya se están implantando en centros públicos y privados en colaboración con las direcciones de los centros y colaboración del profesorado.
¿Qué sucede cuando se aplica mindfulness en el aula?
¿Qué impacto tiene en el aprendizaje? ¿Y en la enseñanza? ¿Cómo influye en el clima del aula? Aquí puedes leer algunos hallazgos de la neurociencia sobre los beneficios de Mindfulness en y su aplicación en el aula que se compartieron en el I Congreso de Mindfulness en Educación celebrado en Zaragoza en 2014, en el que tuve el honor de participar como ponente. Esto sucede cuando se integra el mindfulness en el proceso de enseñanza-aprendizaje:
- Aumento de los niveles de atención
- Aumento de la autorregulación emocional y la función cognitiva l Disminuye la ansiedad
- Incremento de los niveles de creatividad
- Aumento de la velocidad de procesamiento de la información
- Incremento de las habilidades sociales y de las conductas social- mente competentes
- Potencia la empatía y la comprensión hacia los demás
- Mejora del comportamiento del alumnado y el clima del aula
- Mejora del autoconcepto académico y del rendimiento
Pero, ¿en qué momentos se aplica? ¿Quién lo lleva a cabo?
Basándome en la experiencia del equipo EEM en la puesta en marcha de actuaciones e implantación de programas creemos que es el profesorado quien debe llevar a cabo cualquier actuación. Si bien EEM entra en los centros y trabaja directamente con los estudiantes en el aula, hemos encontrado mayor impacto cuando el tutor –y otros profesores– integran Mindfulness en sus clases y lo mantienen a lo largo del curso escolar. Eso, de nuevo, implica que el profesorado tenga el conocimiento y la práctica para poder hacerlo con la pedagogía adecuada.
Existen muchos momentos idóneos para incorporar las prácticas de atención plena a lo largo de la jornada. Por ejemplo, la entrada de los niños en la mañana es un momento maravilloso para unos minutos de práctica formal, que variará en función de la edad y proceso madurativo y siempre aconsejable que sea guiada por el educador. Huyamos de audios y humanicemos, también, esta práctica con el alumnado.
No olvidemos la práctica informal
Pero no podemos olvidar la práctica informal, esa que se integra en las situaciones cotidianas. Una idea de práctica en este sentido está en el momento en el que los alumnos van a participar en clase levantando la mano y, antes de hablar, deben realizar una respiración profunda. También en momento de la escucha a los demás y a las opiniones diferentes desde el no-juicio.
Algunos profesores formados con los programas de EEM integran pequeños elementos que les facilitan la práctica de Mindfulness. Una campana tibetana o crótalos pueden facilitar el inicio y fin de la práctica meditativa. Elementos sensoriales pueden favorecen la práctica de la atención a las sensaciones. Una bola de respiración puede ayudar a enseñar la manera correcta de respirar… etc.
Mindfulness, más allá de una técnica o un método, implica llevar la intención de educar en mayor presencia, tanto en casa como en el centro educativo.
CRISTINA JARDÓN es pedagoga, experta en inteligencia emocional, mindfulness y compasión. Autora de Oh, Mindful Day! y de Me permito. Acompaña a equipos y a personas en el entrenamiento de su inteligencia emocional y la mejora de su vida con mindfulness. Descubre cómo desarrollar tu sabiduría interior con Cristina en Instagram: @cristinajardon_ y Facebook: Cristina Jardón. Inteligencia Emocional, Mindfulness, Compasión.