Convertir las clases online de Yoga en una fuente estable de ingresos requiere que adoptemos un enfoque estratégico para atraer y fidelizar a los alumnos. En este artículo, exploramos las claves para lograrlo.
Por Nuria Parera // Fotos de Koke Puig y Shutterstock
Las clases online han abierto un mundo de posibilidades para los profesores de Yoga. Muchos hemos probado, sobre todo desde 2020, ofrecer clases en esta modalidad. Sin embargo, transformar este formato en una fuente estable de ingresos requiere más que grabar sesiones y publicarlas en internet. En un mercado cada vez más competitivo, es fundamental que adoptemos un enfoque estratégico para atraer y fidelizar a los alumnos.
Nuestra actividad, un emprendimiento
Una de estas claves es entender que nuestra actividad, además de una vocación o una pasión, es un emprendimiento. En mi experiencia como consultora de marketing, me encuentro con muchos profesores de Yoga que, aunque quieren que el Yoga sea su fuente principal de ingresos, no consideran que tienen un negocio. Esto influye en que pocos profesionales presten atención a aspectos que son tan relevantes como dar las clases online. Es el caso del marketing, las estrategias y la planificación.
Si, en lugar de ofrecer clases online de Yoga, abriéramos una tienda de productos de papelería, no dudaríamos en considerarlo un negocio. E invertiríamos tiempo y recursos en él para elaborar un plan de negocio, campañas de marketing, estrategias de ventas, etc. Además, contemplaríamos contar con ayuda para ello. Para que las clases online sean un negocio, es fundamental tener en cuenta todos estos temas, especialmente debido a la elevada oferta que hay en el mercado.

Conocer el mercado y planificar
A muchos instructores les preocupa que el sector del Yoga esté saturado. Pero en realidad, que haya una gran oferta de clases online de Yoga es una buena noticia porque significa que hay mercado para ello. No obstante, debemos tener en cuenta que, para hacernos un sitio entre tan amplia oferta, será necesario que lo que ofrecemos sea relevante y distinto a lo que ya existe.
La planificación también es un aspecto importante, y para ello, debemos hacernos una serie de preguntas. La primera es: ¿Cuánto queremos facturar con estas clases? A muchos profesionales del Yoga nos incomoda el tema económico. Pero es crucial que lo consideremos porque de ello dependerán muchos factores. Por un lado, nuestros precios. Por otro, nuestro marketing y todas las estrategias que llevemos a cabo para lograr y mantener el número de alumnos que necesitaremos para asumir los gastos (cuota de autónomos, plataforma web, material audiovisual, etc.) y obtener el margen que necesitamos.
La siguiente pregunta es: ¿Qué vamos a ofrecer y en qué se diferencia de lo que ya existe? Se trata de entender (y hacer entender a la audiencia) por qué vale la pena apuntarse a nuestras clases. Poner en valor aquello que los alumnos logran con nuestras clases y que todavía no tienen. Aquí, podemos estar hablando tanto de los beneficios del Yoga que compartimos (p. ej., Yoga para el embarazo), como de la estética con la que lo presentamos (p. ej., Yoga para niños), de los servicios que incluye (p. ej., son clases en directo, con correcciones de la profesora), o de que somos nosotros quienes damos las clases, con todas las ventajas que ello significa (conocimiento, especialidad, conexión, simpatía, etc.).

La calidad técnica en audio e imagen
Para que nuestras clases sean percibidas como profesionales y atractivas, deberemos prestar atención a aspectos como el audio, la calidad de la imagen y la iluminación, que son imprescindibles para que los alumnos tengan una buena experiencia. Afortunadamente, existen equipos que nos ayudan a ofrecer calidad sin que suponga un gasto elevado. Invertir en calidad técnica no solo ayuda a la práctica de nuestros alumnos, sino que influye en la percepción que tienen de nuestra marca y de nuestra profesionalidad.
El público: ¿para quién son estas clases online?
Debemos poder definir a quién nos queremos dirigir: ¿a todos?; ¿a un tipo de persona?; ¿a una necesidad concreta?… Enfocarse en un perfil concreto de persona o un tipo de necesidad es muy buena idea. Es lo que en marketing llamamos «nicho de mercado». En un mercado en el que ya existen muchas opciones de todo tipo y precios, la especialización nos ayuda en muchos aspectos: a diferenciarnos, a que tengamos menos competencia, a que nuestra comunicación sea más efectiva, a que seamos considerados como expertos en la materia y a fidelizar a nuestros alumnos.
Decidir nuestro «público objetivo» nos ayudará a definir: cuál es nuestro mensaje, los precios, dónde buscar alumnos, cómo presentarnos (la web, el logo, los anuncios serán de distinto estilo si por ejemplo ofrecemos Yoga para niños a si nuestro negocio es de Yoga para el personal de empresas multinacionales), etc.
Con relación a esto, es fundamental que averigüemos si las personas que queremos atraer a nuestras clases están en nuestra audiencia. Si la respuesta es afirmativa, nos irá bien concentrarnos en los canales que ya tenemos para presentar nuestras clases online a nuestra audiencia (p. ej., los seguidores en Instagram). Pero si la respuesta es negativa, deberemos atraer otro perfil de seguidores (modificando los tipos, contenidos o estilo de nuestras publicaciones o invirtiendo en publicidad de pago) y también buscar nuevos canales de comunicación (¿dónde están esas personas?; ¿en qué se basan para tomar sus decisiones de compra?).



ESTRATEGIAS DE MARKETING PARA CAPTAR Y FIDELIZAR ALUMNOS
Teniendo claro qué se ofrece, quién lo ofrece y para quién, veamos qué estrategias de marketing nos pueden ayudar a captar y fidelizar alumnos.
- Podemos fijarnos en lo que hacen otros profesionales, pero eso puede no ser adecuado en nuestro caso. A menudo hablo con personas que consideran que su marketing se limita a publicar en redes. Pero esto no es marketing si carece de estrategia y objetivos definidos. Ni toda publicación en redes es marketing ni todo marketing conlleva redes.
- Una buena estrategia de marketing no se limita a promocionar nuestras clases, sino que también incluye aportar contenido valioso que atraiga la audiencia que queremos, que nos posicione como expertos, que genere conexión y confianza y que nos traiga inscripciones. Para ello, podemos crear contenido gratuito que resuelva pequeñas dudas o problemas del público. Por ejemplo, si ofrecemos clases de Yoga para aliviar el estrés, podríamos compartir vídeos cortos de ejercicios de pranayama o estiramientos sencillos.
- Otro plan efectivo es colaborar con otros profesionales con los que, además de valores o visión, compartamos tipología de audiencia a la que ayudamos de distintas maneras. Es decir, profesionales que no sean nuestra competencia. Esto puede incluir desde hacer promociones recíprocas a impartir talleres conjuntos. Esto nos ayuda a llegar a personas que aún no nos conocen, pero ya están interesadas en lo que ofrecemos.
- Otra estrategia adecuada es lo que llamamos email marketing. Es decir, enviar newsletters a nuestros alumnos actuales y potenciales, con contenido exclusivo, recordatorios de clases u ofertas especiales.
- Por último, podemos invertir en publicidad que nos ayude a ganar visibilidad y alcance, especialmente si nuestro nicho es específico.
En definitiva, podemos llevar a cabo muchas estrategias. Y, lo mejor, es que lo podemos hacer manteniendo la coherencia con nuestros valores yóguicos.

BREVE BIO
NURIA PARERA ofrece mentorías de marketing, emprendimiento y comunicación para profesores de Yoga y terapeutas en las que «descubrirás las estrategias de marketing, comunicación y ventas que mejor resuenan contigo para hacer de tu proyecto de Yoga, terapias o bienestar, un emprendimiento sostenible y rentable». www.nuriaparera.com/mentoria-om/ IG: @nuria.hansika

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