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Yoga Sensible al Trauma: descubre qué puede aportar su práctica

by Redacción

El Yoga Sensible al Trauma (YST) es un tipo de Yoga basado en evidencia creado específicamente para contribuir en el proceso de sanación del trauma. María Macaya, especialista en YST y fundadora de la plataforma para la salud mental Fundación Rādika nos acerca una práctica que pone al cuerpo en primer lugar para una reconexión desde la compasión.

Por María Macaya // Fotos de Marta Cots

La palabra trauma significa herida en griego. Es muy fácil acercarnos al dolor de las personas cuando visualizamos una herida abierta que modifica la forma de moverse y de hacer las cosas; una herida que afecta tu humor, tu capacidad de estar presente en conversaciones; una herida que está ahí y que cualquier roce hace que el dolor se multiplique.

El trauma emocional es igual. Nos afecta en nuestra capacidad de estar, responder, conectar y su dolor se despierta cuando menos lo esperamos. Podemos, a través de un trabajo con el cuerpo, reconectar, y aprender nuevas formas de estar y de responder. Podemos adquirir herramientas para regularnos, conocernos y estar presentes. Trabajar con el cuerpo en un proceso de sanación de trauma es fundamental. Sabemos que hasta cuando el cerebro olvida lo que ocurrió, el cuerpo no lo hace. Un tratamiento de trauma debe incluir el cuerpo, porque como dice el especialista en trauma y creador de la metodología de Yoga Sensible al Trauma, Bessel van der Kolk, «El cuerpo lleva la cuenta».

Cuando leemos la palabra «trauma» puede que nos eche para atrás. «Yo no tengo eso». En realidad, todos tenemos heridas, mayores o menores, más recientes o más antiguas. Todos vivimos en un mundo donde los eventos traumáticos son comunes, y todos pasamos por momentos donde estamos emocionalmente abrumados, donde percibimos que no tenemos el poder sobre nuestra vida o lo que nos ocurre, donde nos sentimos solos o aislados, no comprendidos. El Yoga Sensible al Trauma también sirve para sobrepasar esos momentos.

Si sabes que tienes trauma, te sientes afectada por algo que
te ocurrió, que te impide responder a tu día a día como lo solías hacer, la propuesta es que busques tratamiento profesional y que hagas YST para incorporar el cuerpo en terapia de una forma que la evidencia demuestra ayuda en el proceso de sanación. Desde Fundación Rādika tienes un mapa de facilitadores para encontrar alguien cerca de ti que te pueda acompañar en este proceso.

La secuencia de Yoga Sensible al Trauma

Antes de empezar la secuencia de Yoga Sensible al Trauma me gustaría explicarte cómo está planteada.
Opciones: para cada forma o posición de Yoga te ofrezco dos o tres opciones, para que puedas elegir la que mejor te va en este momento. Siempre puedes probar una, y probar la otra y así decidir cuál te va mejor. El trauma es una pérdida de poder: nos ocurre algo que nos sobrepasa y abruma, ante lo que no tenemos opción de elegir o escapar. Las opciones son un recordatorio de que sí que puedes elegir, y que tienes derecho a ello. A veces nos cuesta —tanto si tenemos trauma como si no—.
Movimientos: para cada una de ellas te sugeriré un movimiento. Esto es opcional; siempre puedes elegir quedarte en quietud o moverte. En movimiento es más fácil sentir nuestro cuerpo y, además, el movimiento acompaña.
Respiración: en cada momento puedes respirar a tu ritmo,
o quizás quieres conectar con tu respiración y modificarla de alguna manera para acompañar tu movimiento o el estado que quieres cultivar de calma o energía.
Interocepción: para cada una de las formas te propondré una parte de tu cuerpo donde puedes ver si hay alguna sensación. Puede que sientas algo, y puede que no, todo está bien. Esto es lo que llamamos conciencia interoceptiva y propioceptiva.

Herramientas durante la práctica

Orientación: es una herramienta con la que a menudo comenzamos las sesiones. Consiste en tomar un momento para conocer nuestra sala. La invitación es mirar hacia todos los lados de forma consciente. Orientarse, saber donde estás, es un paso fundamental para sentirse segura. Esta es una herramienta que puedes utilizar en tu vida diaria, para situarte en lugares nuevos o con personas que no conoces.

Cepillar: es lo que llamamos una «herramienta somática», y ayuda a conectar con las sensaciones de tu cuerpo. Consiste en utilizar la palma de tu mano y como si estuvieses barriendo, sacar energía excesiva (o lo que tú necesites: estrés, cansancio o enfado, por ejemplo). Lo puedes hacer más rápido o más lento, y más fuerte o más suave dependiendo de lo que necesites en este momento.

Tapping: es otra herramienta somática que te ayuda a empezar a conectar con sensaciones en tu cuerpo y que se hace con las puntas de los dedos. Puedes colocar tu mano en forma de copa, y dejando los dedos bastante relajados, tapear distintas partes de tu cara, cabeza y/o cuerpo. Puedes variar la velocidad haciéndolo más rápido o lento, y también la presión haciéndolo más fuerte o más suave.

*SIGUE LA SECUENCIA DE YOGA SENSIBLE AL TRAUMA QUE NOS HA PREPARADO MARÍA MACAYA PARA NUESTRA REVISTA YOGA SPIRIT Nº 134.

María Macaya es profesora y formadora de Yoga Jivamukti nivel avanzado, y especialista en Yoga Sensible al Trauma. También es la fundadora y preside la Fundación Rādika; una fundación sin ánimo de lucro que ofrece cursos, formaciones y divulgación sobre salud mental y bienestar emocional. Más info en www.radika.org

Si quieres saber más acerca del Yoga Sensible al Trauma, no te pierdas el número 134 de la revista YOGA SPIRIT. En él también puedes seguir, paso a paso, una secuencia completa de 14 posturas para reconectar contigo misma desde la compasión.

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