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Yoga restaurativo: la reconexión vital

by Redacción
yoga restaurativo

Lo que nombramos como Yoga Restaurativo dista mucho del llamado Yoga Terapéutico, cuyos objetivos emanan de la posibilidad de resolver determinadas dolencias o prevenirlas. La experiencia de Mayte Criado, formadora de formadores, nos ayuda profundizar en la recuperación de la reconexión vital.

Hace algún tiempo que la propia Yoga Alliance se desvinculó de la manera en la que muchos asocian el Yoga con la terapia, el diagnóstico y las fórmulas con las que el Hatha Yoga se propone como una suerte de técnica fisioterapéutica.

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Ahora, están de moda los cursos de anatomía y Yoga y todo el mundo entiende de lumbalgia, ciática y de la distancia exacta entre la rodilla flexionada y el pie de atrás en Virabhadrâsana II.

Algunas contradicciones

El alineamiento ya no es lo que era ni mucho menos. Ahora, muy pocos entienden eso de que las posturas deben adaptarse al practicante y no al contrario. Quizás estamos olvidando cómo caminar por el puente que conecta las dolencias con nuestra vida o nuestros límites. Incluso con nuestra forma individual y única de vivenciar el cuerpo y lo que sentimos a través de él. Cada día hay más cursos de anatomía y Yoga, pero también hay más lesiones.

En esta contradicción, las técnicas terapéuticas y de prevención a través de los âsana, someten al practicante a directrices que establecen cómo hay que conducirse para obtener el grado e intensidad. Sin embargo, se olvidan que la práctica del Yoga sirve para desarrollar una exploración sensible, consciente, carente de expectativas y muy lejana de la obsesión.

Experiencia

El Yoga que yo conozco y con el que me identifico, es más bien un entrenamiento individualizado y personal; un espacio por y para el practicante que pretende encontrarse con su realidad. No tanto para evitarla, cambiarla, perfeccionarla o prevenirla, sino para darse cuenta, en primera persona, de su propia geometría, la de su cuerpo y la de su mente. Indagar para encontrarse con el propio alineamiento.

Creo que hay una tendencia desmedida en concentrar el conocimiento yóguico en la dimensión muscular, fisiológica o mecánica de las posturas. Pareciera que, en vez de practicar para emerger y revelar las capas más profundas de nuestro ser, las posturas de Yoga y el pranayama están sirviendo para alimentar otro tipo de necesidades. Estas tienen más que ver con las actitudes competitivas y consumistas que con un camino válido hacia el reencuentro con nosotros mismos.

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Más que una técnica

Hace tan solo 15 años, algunos fuimos criticados por interesarnos en la anatomía. También por incorporar a nuestras formaciones y escuelas un módulo sobre de fisiología humana y sus respuestas en el movimiento o en las posturas estáticas. En poco más de una década, estamos en el extremo opuesto. Fuimos pioneros en dirigir la mirada al mundo de los sistemas del cuerpo humano para entender los objetivos de las posturas y adaptarlos a nuestras singularidades. Pero hoy asistimos incrédulos a una suerte de maratón anatómico que está haciendo crecer en la práctica del Yoga intereses meramente posturales y técnicos. Lo que a mí me interesó como practicante y profesora de Yoga, fue la adquisición de conocimientos para comprender por qué no estaba dispuesta a aceptar determinadas exigencias de algunas escuelas muy rígidas en la práctica de âsana. O las negligencias de otras tantas demasiado inconscientes y descuidadas.

Asanas alineadas con el cuerpo

Para mí, fue esencial formarme para entender mi cuerpo y el de mis alumnos para no dañarlos. Me formé muchos años para poder saber suficiente anatomía, pero nunca perdí mi objetivo fundamental que consistió en desarrollar una perspectiva abierta y sensible capaz de tomar en cuenta que un âsana, como explica Leslie Kamino, no reporta ningún tipo de alineamiento correcto o incorrecto, sino que es la persona, el propio practicante, quien descubre, precisamente a través de la práctica de Yoga, si un âsana está o no está alineada en su propio cuerpo.

Desde mi punto de vista y desde mi propia vivencia, el Yoga Restaurativo pretende de alguna manera, recuperar algunos de los eslabones perdidos en la vorágine del Yoga basado en los requerimientos anatómicos, fisioterapéuticos y técnicos al uso. Uno de sus objetivos primordiales es precisamente “restaurar” la conexión con el alineamiento. No el alineamiento que se estudia sobre patrones, sino aquel que se descubre en la práctica de âsana tomándose el tiempo para explorar. Nada nuevo, solo un tipo de práctica que algunos entendemos como la “de verdad”, la que nos ofrece el desarrollo de la introspección; una potente herramienta para la vida espiritual.

Lo primero, acceder al interior

El Yoga Restaurativo moviliza las fuerzas vitales y concentra los recursos orgánicos del practicante para desbloquear y hacer fluir libremente la energía psicofísica fundamental. Hemos oído muchas veces que la práctica del Yoga y de la Meditación es la misma.

Por eso, todos necesitamos una propuesta que facilite el acceso al interior del ser humano para propiciar armonía, quietud, fortaleza y seguridad. Tendríamos que poder encontrar el camino más adecuado para estar presente en nuestra manera de ser, en recursos físicos o funcionales, en nuestros procesos. En nuestro alineamiento. Esto es el Yoga Restaurativo. No es una propuesta novedosa y actual sino el afán de recuperar la reconexión vital a través de una práctica profundamente sentida.

El Yoga Restaurativo pone el énfasis en la parada del cuerpo y de la mente, en la repercusión holística de las posturas y en las peculiaridades personales que requieren adaptaciones, cambios y, en muchos casos, una personalización muy precisa.

Reconstruir la conexión

Esto que llamo reconexión vital deriva de haber podido intimar, a través de determinadas prácticas, con las actitudes naturales que crean una apertura adecuada para encontrar armonía y presencia entre lo que “sentimos” y lo que “podemos recuperar o transformar”, sin tener que ponernos retos, luchar o hacer esfuerzos innecesarios. Reconstruir la conexión con los propios recursos orgánicos y equilibrio vital es un maravilloso objetivo.

El alineamiento aparece como resultado de la autoindagación y del desarrollo de la capacidad de percibir y escuchar de manera consciente. La propuesta del Yoga Restaurativo permite un alineamiento estructural que no es técnico ni pautado, sino que favorece un mayor equilibrio mediante un menor esfuerzo muscular y una mayor estabilidad. De este modo, la circulación, la respiración, los espacios internos y el flujo energético, comienzan a liberarse y a generar también una mente igualmente armonizada.

La desconexión fatal

Hoy en día el Yoga es el camino elegido por millones de personas para obtener la serenidad y la calma. Este permite un proceso integral de transformación y genera la actitud que garantiza una vida en conexión constante con nuestra naturaleza esencial de paz interior. Pero también la paz interior se ha convertido en un tópico manoseado y un bien carísimo al alcance de pocos.

Para el Yoga, el estrés es precisamente el resultado de una desconexión fatal de esa nuestra naturaleza esencial que es equilibrio, armonía y quietud. La vida moderna nos ha llenado de privilegios y avances de todo tipo. Paralelamente a estas comodidades, hemos ido creando, con nuestras propias manos (y mentes), un sistema y estilo de vida que impiden disfrutar de lo que la modernidad ofrece. Sin duda, avanzamos en una dirección y retrocedemos en otra.

Ante esta “desconexión fatal”, el Yoga Restaurativo ofrece lo sencillo y lo esencial. Esto es reaprender a respirar, a relajarse, a sentir y a generar conciencia. Sin duda, son estados inseparables que se revelan primordiales para el bienestar físico y mental. Transformar la propia vida es proporcional a los recursos que somos capaces de desarrollar para integrarlos. En lo humano, lo esencial, es decir lo simple, toma una relevancia muy importante como expresión de lo más elevado.

Restauración de valores

No hay duda de que todos necesitamos parar para encontrarnos. Y de que todos anhelamos un Yoga cercano que nos devuelva lo humano. A veces, eso que llamamos humano puede ser una dolencia. O una patología, un estado de estrés, una deficiencia. O tal vez un límite, una diversidad, un sufrimiento, una depresión u otras situaciones que nos proponen vulnerabilidad y fragilidad. Este es precisamente el territorio que exploran las propuestas del Yoga Restaurativo. Es ahí donde aparece una mayor conciencia para la restauración de los valores esenciales y fundamentales inherentes a uno mismo.

BIO Mayte Criado

Es directora y fundadora de la Escuela Internacional de Yoga (www.escueladeyoga.com / 91- 4166881 y 648 078 824 / info@escueladeyoga.com).

Si quieres conocer más a fondo la opinión de Mayte Criado sobre le Yoga Restaurativo, no te pierdas el número 109 de tu revista Yoga Journal España. Para conseguirlo, llámanos al 916 326 251 o escríbenos a suscripciones@revistayogaspirit.es

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