QUÉ: Curso de Yin Yoga Prácticas Estacionales
CUÁNDO: Sábado 8 y domingo 9 de febrero de 2025
DÓNDE: Online
CUÁNTO: 190 €
QUIÉN ORGANIZA: Elena Sepúlveda
MÁS INFO E INSCRIPCIONES: Elena Sepúlveda
El Yin Yoga estacional es una práctica profundamente arraigada en la sabiduría ancestral del Tao y la medicina tradicional china. Basándose en la relación entre los ciclos internos de nuestro cuerpo y los ciclos naturales del universo y las estaciones del año, nos invita a alinear ambos para encontrar equilibrio. En este artículo descubrirás cómo conectar con las energías propias de cada estación y cómo incorporar este enfoque en tu práctica de Yin Yoga siguiendo cinco fundamentos teóricos del Yin Yoga estacional.
Por Elena Sepúlveda
En cada uno de estos cinco fundamentos, encontrarás un ejemplo concreto para cada una de las cinco estaciones del taoísmo: invierno, primavera, verano, verano tardío y otoño.
1. La relación entre macrocosmos y microcosmos
El Tao nos enseña que el universo y el ser humano están interconectados. Lo que ocurre en el macrocosmos (el universo) tiene un reflejo directo en el microcosmos (nuestro cuerpo). Esta conexión se manifiesta en la forma en que nuestras energías internas se alinean con los ritmos de la naturaleza a lo largo del año.
Por ejemplo, durante el invierno, la energía vital o Chi en la naturaleza se recoge hacia lo más profundo de la tierra. De la misma manera, nuestro Chi también se concentra en los Riñones y el Dantien inferior (centro energético en el abdomen), favoreciendo la regeneración y la preparación para el movimiento expansivo de la primavera. Esta es la época ideal para la introspección y el descanso, un tiempo para nutrir nuestras estructuras internas y renovar nuestra energía.
2. Los cinco elementos y su influencia estacional
Los cinco elementos (Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua) de la Medicina Tradicional China están asociados a las estaciones del año, y cada uno de ellos tiene una influencia energética que afecta tanto al universo como a nuestro cuerpo. Al sintonizarnos con ellos, encontramos inspiración y guía para equilibrar nuestras vidas, adaptarnos al cambio y conectar con nuestras capacidades internas en cada momento.
Por ejemplo, la Madera, que representa la primavera, simboliza el crecimiento, la expansión y la renovación. Al trabajar con la energía de la Madera en nuestra práctica de Yin Yoga, podemos despertar nuestra creatividad y resiliencia. La Madera nos invita a ser como un árbol que, con raíces profundas, se extiende hacia el cielo en busca de luz. Este es el momento para concentrar nuestra energía en nuestras metas y avanzar con determinación, como un brote que emerge de la tierra con fuerza y claridad.
3. Los Órganos internos y su carácter estacional
En el modelo de la Medicina Tradicional China, los Órganos internos no solo son estructuras fisiológicas, sino que también son actividades energéticas que tienen un impacto en nuestras emociones, pensamientos y bienestar general. Cada Órgano comparte cualidades con alguno de los cinco elementos, lo cual se refleja en las funciones del cuerpo humano en sus dimensiones física, energética, emocional, mental y espiritual.
Por ejemplo, el Corazón, asociado con el Fuego, se activa principalmente durante el verano. El Corazón es responsable de la vitalidad del cuerpo, la conexión emocional y la claridad mental. Durante los meses cálidos, cuando la energía del Fuego está en su máxima expresión, el Corazón es particularmente sensible, y es crucial mantenerlo equilibrado para evitar el agotamiento emocional. El Pericardio, un Órgano protector, también juega un papel importante en este proceso resguardando al Corazón de los excesos de calor.
4. Los elementos, las emociones y el flujo de la energía
El flujo de energía en nuestro cuerpo también se refleja en nuestras emociones. Cada uno de los cinco elementos tiene una relación con diferentes emociones y estados mentales, y es fundamental que estas energías emocionales fluyan sin obstáculos para mantener un equilibrio interno.
Por ejemplo, la Tierra, vinculada al verano tardío, es un elemento que representa la estabilidad y la nutrición, tanto física como emocional. La preocupación es la emoción asociada a la Tierra, y si esta energía no fluye libremente, podemos sentirnos desequilibrados. El trabajo con la Tierra en nuestra práctica de Yin Yoga puede ayudarnos a sentirnos más centrados y nutridos, tanto internamente como en nuestras relaciones.
5. Los meridianos y la anatomía miofascial
Para estimular correctamente los canales de energía de cada estación, es esencial conocer sus recorridos y entender las áreas miofasciales correspondientes. Desde la perspectiva funcional del Yin Yoga, también es clave considerar las limitaciones anatómicas comunes y ofrecer variantes ajustadas a las necesidades individuales de cada persona.
Por ejemplo, en otoño, los meridianos del Pulmón y el Intestino Grueso, que recorren las partes internas y externas de los brazos respectivamente, tienen especial relevancia. Las áreas miofasciales de estos meridianos incluyen los hombros, el pecho, las muñecas y el cuello. Para que la práctica sea eficaz, es importante adaptar las posturas a las necesidades de cada persona, prestando atención a las posibles tensiones en estos puntos para favorecer la apertura y la circulación de energía.
En resumen…
Incorporar el Yin Yoga de las estaciones en tu rutina no solo te permite conectarte más profundamente con los ritmos de la naturaleza, sino también con tu propio flujo energético. A través de la conexión con los cinco elementos, los Órganos internos y la anatomía miofascial, esta práctica te ayuda a mejorar tu bienestar físico y emocional de acuerdo con los cambios de cada estación.
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Elena Sepúlveda es formadora de Yin Yoga, traductora de libros clave sobre la disciplina y colaboradora habitual en nuestra revista. Con este curso te ofrece un espacio para explorar y profundizar en la relación entre Yin Yoga y las estaciones.
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