Cuestiones filosóficas que siempre quisiste saber: capítulo II
Quitarte los zapatos antes de entrar a la clase, cantar el Om, usar incienso y velas, dedicar la práctica al inicio de la clase… La popularización del Yoga hace que muchas personas se beneficien de la riqueza de esta práctica, pero también que se pierdan algunos aspectos importantes. Naren Herrero, experto en filosofía de la India, nos ayuda a profundizar en el origen y propósito de algunos elementos propios de la tradición hindú que observamos y practicamos en las clases de Yoga. Para ello, nos ha respondido a esas cuestiones filosóficas de una clase de yoga que siempre quisiste saber y hasta ahora nadie te ha contestado. Hoy te contamos por qué se canta el Om en clase. No te pierdas las que iremos publicando más adelante en nuestra web.
Por Naren Herrero, periodista y escritor especializado
en la filosofía de la India y del Yoga
Cantar el Om en clase de Yoga
A riesgo de quedar como un antipático, siempre me gusta decir que antes de decir “hola”, hay que recitar Om. Al menos en el contexto de una clase de Yoga. No se trata de un automatismo sino de un gesto de respeto y reconocimiento a la tradición del Yoga, que nació en la India. Justamente, la filosofía índica tiene una cosmogonía sónica, es decir, explica que la creación evoluciona a partir del sonido. Por tanto, antes de la manifestación del universo, en la llamada “noche universal”, lo primero que se percibió fue una vibración sonora que comenzó a dar nombre y forma a todos los seres móviles e inmóviles del cosmos.
Esa vibración es, por supuesto, Om. Que también es llamada pranava, o aquello que «reverbera». De ahí que la sílaba Om se repita siempre al inicio de un mantra, de un ritual o de una actividad, ya que es el sonido primero del universo. Se considera que nos conecta con la vibración primordial, con la calma original del universo y, por ello, nos sirve para interiorizar nuestra mente.
A nivel de una clase de Yoga, recitar Om nos ayuda a crear la atmósfera propicia para la práctica. Al cantar o escuchar la vibración, la mente se predispone a calmarse, a ir hacia dentro y a realizar una actividad diferente a lo que llamamos normal, que suele ser la vida cotidiana. En sí mismo, el mantra Om es una vibración que aquieta la mente y te sitúa en un estado receptivo. Si te pones una grabación de Om de fondo o para meditar vas a notar que tu mente se aquieta, lo cual no siempre pasará si te pones otro tipo de sonidos o música.
Tengo una alumna y amiga que, al principio, al venir a las primera clase, se negaba a cantar Om y cualquier otro mantra por relacionarlos con una religión o con algo místico, pero con el paso del tiempo fue experimentando que esas vibraciones sonoras están más allá de una religión, ya que son universales, incluso eternas dirían algunos, pues durante miles de años los yoguis han comprobado que tienen un beneficio. Ahora esa alumna es la que más canta en cualquier clase; más que el profesor incluso.
Si quieres conocer esta y otras cuestiones filosóficas sobre una clase de yoga, no te pierdas el número 112 de tu revista Yoga Journal España. Para conseguirlo, llámanos al 916326251 o escríbenos a suscripciones@revistayogaspirit.es