Cuestiones filosóficas que siempre quisiste saber: capítulo V
En algunos posts anteriores, y de la mano del experto en filosofía, Naren Herrero, hemos ido reuniendo cuestiones importantes relacionadas con una clase de Yoga. Hoy nos detenemos en la quinta entrega: ¿por qué es mejor no beber agua durante la práctica?
Mantener el fuego interior
Uno de los objetivos de la práctica del Haṭha Yoga es generar un calor o fuego interior. Por un lado, este “quema” las impurezas del cuerpo, como toxinas. Por otro, es energizante y nos otorga vigor físico y entusiasmo a nivel anímico. Recordemos que uno de los principios básicos de la práctica de todo yogui es lo que en sánscrito se llama tapas: “ardor”. Este también refiere a la “disciplina” que uno se impone a la hora de practicar. Es la firme determinación de mantenerse en el camino a pesar de los obstáculos.
Activar el calor digestivo
Ese fuego interno que se fomenta a través del Yoga está relacionado directamente con el fuego gástrico, imprescindible para que todo ser humano digiera los alimentos. Tanto el Yoga como el Ayurveda consideran que, si el fuego digestivo no funciona bien, no brilla con fuerza, uno pierde apetito y capacidad de digerir. Por ende, se debilita al no comer.
Por tanto, para los yoguis, tener apetito es un síntoma de buena salud, al igual que ser capaz de digerir los alimentos de forma eficaz y rápida. De hecho, muchas posturas básicas de Yoga, como Bhujangasana, tienen como uno de sus principales objetivos aumentar el calor corporal y activar el fuego digestivo.
No apagues los beneficios energéticos del Yoga
Además de su aspecto meramente digestivo, el calor del Yoga se manifiesta también en la respiración. Según la tradición del Haṭha Yoga en el cuerpo hay ciertas corrientes energéticas. Las dos principales están relacionas con la inhalación –prāna, caliente– y la exhalación –apāna, fría–.
Uno de los objetivos de ese calor interno que generamos en Yoga es unir esas dos corrientes, prāna y apāna, con el fuego digestivo para intensificar el calor corporal. Cuando esto sucede, los beneficios ya trascienden lo físico. Pasan a lo energético-místico, ya que los textos tradicionales hablan de que ese calor despierta la energía vital que todos tenemos durmiente (kunḍalinī) y que implica una elevación de la consciencia ordinaria.
Por tanto, beber agua durante la práctica es como echar agua al fuego y apagarlo. Se dice que si uno está haciendo posturas intensas y bebe agua fría de golpe podría resfriarse, de la misma forma que si uno está todo sudado y abre la ventana de golpe.
Por supuesto, cuando hace mucho calor o una persona tiene algún problema físico particular, beber agua durante la práctica podría ser correcto. Es verdad que actualmente hay muchos tipos de Yoga y entre ellos algunos muy dinámicos, donde se suda mucho –el Hot Yoga dentro de una sauna a 40° centígrados, por ejemplo. Para muchas personas que lo practican es indispensable beber agua para no desfallecer.
Pero, recuerda: si tu práctica de Yoga es en condiciones normales, es decir, sin temperatura artificial ni sobreesfuerzo, la recomendación tradicional es no ingerir líquidos para mantener activo tu fuego interno.
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