Para alcanzar una sensación de calma que trascienda en tu vida, prueba con técnicas de meditación sobre la esterilla.
Por Nora Isaacs
Ilustraciones de Trina Dalziel
Estás en Virabhadrasana I (postura del guerrero I). Estiras activamente el pie trasero y dejas que el coxis se separe de la zona lumbar mientras alzas los brazos hacia el techo. Mientras mantienes la postura empiezas a notar dolor en el muslo frontal, la tensión en los hombros, y cómo se dificulta tu respiración. Sigues aguantando. Enseguida te inquietas y empiezas a anticipar la alegría que sentirás cuando termines la postura. La respiración se torna menos profunda y solo quieres que la profesora de la instrucción de salir de la postura. Pero no dice nada. Piensas que es una sádica. Y ahí sigues aguantando. Lo siguiente es que decides no volver a yoga. Cuando el muslo empieza a temblar, mentalmente no puedes más. Frustrada, bajas los brazos y miras a tu alrededor, derrotada.
Ahora imagina lo siguiente: estás en Virabhadrasana I, con las mismas sensaciones, con los mismos pensamientos y sentimientos —enojo, aburrimiento, impaciencia, tensión—. Pero en vez de reaccionar, simplemente observas tus pensamientos. Recuerdas que esta postura, como el resto de cosas en la vida, va a terminar. Te recuerdas a ti misma no quedarte anclada en tu propia película. Y en medio de esa irritación que sientes al dolerte los muslos, de repente aprecias la dulzura del momento. Puede que hasta sientas cierta gratitud por haber tenido el tiempo y privilegio de estar en clase de hatha yoga. Entonces regresas la atención de nuevo a la respiración y experimentas las sensaciones y pensamientos que surgen hasta que la profesora dice que salgas de la postura.
Acabas de experimentar los beneficios de la conciencia plena —de atraer la conciencia al presente—, y de sentir y aceptar lo que sucede sin juzgarlo ni reaccionar. Y, sin duda alguna, te sentirás mucho mejor que en el primer caso. La conciencia plena es algo que cultivan los meditadores budistas. Es algo que enseñan todos los estilos de hatha yoga, a menudo mediante el énfasis en la conciencia de la respiración.
Desde hace tiempo, muchos profesores, que de forma independiente descubrieron los beneficios de fusionar la conciencia plena con las asanas, empezaron a ofrecer algo que llamamos yoga consciente. «Mi experiencia es que cuando realmente cultivamos la conciencia plena en el hatha y la meditación, enseguida parece contagiarse al resto de nuestras actividades», asegura Frank Jude Boccio, autor de Mindfulness Yoga.
LA CONEXIÓN INDIA
No tienes por qué ser budista ni saber de budismo para aprender estas prácticas, aunque sí es útil saber que el yoga y el budismo tienen mucho en común. Ambos son prácticas espirituales ancestrales procedentes del subcontinente indio, y el propósito de ambos es ayudarte a liberarte del sentido más egoico y a experimentar la unión con el universo. El óctuple camino del Buda y el camino de los ocho miembros del sabio yogui Patanyali son bastante similares: ambos empiezan con prácticas éticas e implican instrucción en concentración y concienciación. «Yo veo a Buda y Pantayali como hermanos, que usan idiomas distintos, pero hablan y enfatizan sobre lo mismo», explica Stephen Cope, fundador y director del Kripalu Institute y autor de La sabiduría del yoga.
Una diferencia, en todo caso, es que la senda yóguica coloca el desarrollo de la concentración en un propósito muy refinado, como la respiración, con el fin de producir estados profundos de absorción. El camino budista se centra en una conciencia plena de todos los acontecimientos a medida que surgen en el flujo de la consciencia para que puedas experimentar lo que sucede sin ceñirte a ello ni rechazarlo. Entonces, ¿qué pasa con ese muslo que tiempla en las posturas de pie? No acapara por completo tu experiencia, y no tienes que cambiarlas. Con la conciencia plena, se convierte en una pequeña sensación más del momento.
UN ENFOQUE SISTEMÁTICO
La conciencia plena siempre ha sido un aspecto esencial de cualquier práctica yóguica seria. Pero los profesores de yoga consciente de hoy día afirman que la senda íntegra hacia la conciencia plena del budismo les ha beneficiado todavía más. Eso no quiere decir que estos profesores consideren que le falta algo al yoga. Para la mayoría, la integración ha evolucionado de forma natural: A medida que profundizaban en su conocimiento del yoga, se dieron cuenta de que las técnicas de conciencia plena más sofisticadas podían complementar su práctica de hatha.
«He estado practicando asanas con conciencia plena, prestando especial atención a mi respiración y alineación», afirma Boccio. «Pero cuando descubrí las enseñanzas de Buda sobre la conciencia plena, se abrió ante mí todo un mundo en la práctica de asanas».En vez de práctica «con atención» en general, Boccio siguió las enseñanzas de Buda, las cuales aportan instrucciones detalladas que pueden aplicarse a cualquier postura. Al aplicar la conciencia plena de forma sistemática, pudo identificar comportamientos específicos propios, como tratar de llegar al final de la postura, evitar cierta postura, o estar distraído. Y una vez los identificó, pudo entonces hacer cambios positivos.
Ahora Boccio enseña los fundamentos de la conciencia plena de Buda —conciencia plena del cuerpo, los sentimientos, la mente, y el dharma (la verdad)— sobre la esterilla. Después de instruir a sus alumnos en una postura, les incita a cultivar la conciencia plena mediante preguntas: ¿Tenéis conciencia de vuestra respiración? ¿Estáis empezando a desarrollar un proceso mental al preguntaros cuándo acabará esta postura?
Boccio explica la diferencia entre practicar yoga con conciencia plena y seguir las técnicas budistas de conciencia plena: «Mientras que otras formas de yoga pueden enseñar a los estudiantes a practicar asanas con conciencia plena, yo enseño y practico la conciencia plena en forma de asana».
INVITACIÓN A PROFUNDIZAR
La belleza de la instrucción de la conciencia plena es que trasciende a los estilos de yoga. Una vez aprendes los fundamentos de la práctica, los puedes aplicar en cualquier clase.
Las clases de Sarah Powers suelen empezar con Yin Yoga —que consiste sobre todo en posturas sentadas que se mantienen durante mucho tiempo— y luego pasa a vinyasa flow. La larga duración de las posturas en el Yin puede acarrear sensaciones físicas intensas, y un deseo persistente por salir de ellas. Powers considera que ese es el momento perfecto para recordar a sus alumnos la conciencia plena. «Cuando nos incitan a situaciones más profundas de dolor, incomodidad o inquietud, necesitamos apoyo para integrar la experiencia», asegura ella. «Las enseñanzas de la conciencia plena facilitan este proceso».Para cuando los alumnos están listos para pasar a la parte de flujo de la práctica, el contexto está preparado para la consciencia plena.
UNA NUEVA PERSPECTIVA
La clase de yoga es un buen laboratorio para cobrar consciencia porque está plagado de condiciones que escapan a nuestro control. Un día cualquiera, el ruido del tráfico puede ser insoportable, puedes sentirte aburrido o inquieto, o los isquiotibiales los tienes más rígidos de lo normal. Pero las técnicas de conciencia plena te ayudan a replantearte estas condiciones de forma que te sientas menos reactiva a las cosas que normalmente te irritan o distraen.
A la profesora Laura Neal, las técnicas de conciencia plena le hicieron consciente de su tendencia a ir demasiado fuerte en su práctica física. «Ahora no soy tan propensa a sobrepasar mis límites ni a quedarme corta».
Michelle Morrison, una supervisora que trabaja para una consultora en Manhattan y que también enseña yoga consciente, nota los efectos de combinar la práctica de la atención con su práctica física. «Empecé a notar todo lo que pasaba: cuándo me aferraba a sensaciones de placer, qué causaba la irritación, me di cuenta de mis hábitos», confiesa. «Tiendo a ser dura conmigo misma, y he visto que puedo tener esas emociones y aun así abrirme a otras opciones».
Cyndi Lee, fundadora del estudio OM Yoga de Nueva York, cuenta que aunque siempre le han tirado las posturas físicas, no fue hasta que aplicó la práctica budista de la conciencia plena cuando realmente vio los frutos de su práctica más allá del ámbito físico.
«La práctica budista de la conciencia plena tiene una técnica muy desarrollada, que puede perfectamente adaptarse al asana», explica. «Para mí fue cuando la práctica se vio reflejada en mi vida en forma de más paciencia, curiosidad, amabilidad, la posibilidad de dejarme llevar más, el control del ansia, y el reconocimiento de la bondad básica en mí y en los demás.
MEDITACIÓN Y MOVIMIENTO
Según Anne Cushman, directora del programa Yoga Consciente y Meditación en el Centro de Meditación Spirit Rock de Woodacre, California, la práctica de moverse con la conciencia plena es especialmente útil para aquellos que no se adaptan a la meditación sentados. «Es una forma de abrirse más profundamente a la práctica del yoga y contagiar esas sensación al resto de tu vida», dice ella.
Eso es así en el caso de Rachel Lanzerotti, una trabajadora social y terapeuta de yoga de San Francisco. «Me ha llevado más allá en una dirección a la que ya apuntaba, de meterme de lleno en la práctica y estar presente en todo lo que pasase». Pone de ejemplo el estar de pie en Tadasana (postura de la montaña): «Me cautivó la sensación de tener los pies contra la esterilla, y las esterilla contra mis pies, y todo creciendo desde ahí», recuerda. «Estaba inmersa en ese momento de sensación, respiración y observación incluso como si lo sintiese. Me quedé allí levantada durante tres minutos, y fue precioso y súper enriquecedor».
Los practicantes aseguran que la conciencia plena les ayuda a gestionar mejor el estrés de la vida diaria, como la incertidumbre en el trabajo, las relaciones, y para buscar su sitio en el mundo. Lee dice que la conciencia plena funciona porque ofrece un enfoque realista para abordar las dificultades de la vida.
«Es algo muy directo, práctico cuyo valor está demostradísimo», explica. «No se trata de escapar, ni de crear un estado de dicha para que al abrir los ojos te des de bruces con la realidad. Te ofrece una senda para cambiar tu situación general y desprenderte del apego o la aversión, para pasar a pensar que en realidad no hay ningún problema y que todo tiene solución. Y eso es muy liberador».
Nora Isaacs es es la autora de Women in Overdrive: Find Balance and Overcome Burnout at Any Age.