En una necesaria revisión acerca de esta disciplina, con la publicación de su reciente libro El Viaje del Yoga, una vez más Naren Herrero logra acercarnos a la esencia del Yoga con un lenguaje amable y ameno provisto de una cuidada documentación, conservando la filosofía ancestral.
Por Lucía Passardi
Periodista y escritor especializado en Yoga y filosofía de la India, Naren Herrero es conocido por su exitoso blog Hijo de vecino, una web de referencia para los practicantes de habla hispana. El Viaje del Yoga (Ed. Lonely Planet) es su cuarta publicación. Una guía supercompleta en la que podemos encontrar una excelente síntesis de todos los temas del universo Yoga en un solo libro. Temas de los que por sí mismos se podrían escribir enciclopedias enteras… En definitiva, un arduo resumen sobre la evolución del Yoga desde sus orígenes hasta lo que hoy día practicamos.
YOGA JOURNAL: ¿Cómo ha sido el proceso de escribir este libro? ¿Qué capítulo ha sido más trabajoso a la hora de resumir y sintetizar tanto material?
NAREN HERRERO: El estímulo del libro surgió de poner en contraste lo que se entendía por Yoga hace más de tres milenios y lo que practicamos hoy. Es decir, qué queda y qué se puede haber perdido en el camino. Para narrar ese proceso transformativo, tuve que documentarme bastante, basándome tanto en la versión tradicional india y sus textos como en estudios académicos contemporáneos.
Sintetizar todo el material disponible fue, a veces, abrumador, pero con la ayuda de la editora logramos un equilibrio entre la profundidad de contenidos y la simplicidad conceptual. En este sentido, el capítulo que más me costó fue el de «Yoga como filosofía», pues poner en pocas páginas y de forma clara visiones metafísicas tan complejas y ajenas al público occidental requirió varias fases de reescritura y reflexión.
YJ: ¿Qué crees que nos aporta el libro a los practicantes de Yoga, y qué te gustaría que se llevaran?
NH: El libro aporta un panorama muy amplio de lo que es el Yoga y de su proceso histórico. Por tanto, al leerlo, los practicantes obtendrán mayor perspectiva y claridad. Con ello, será posible entender de dónde viene lo que hacen y las razones no siempre explicitadas de técnicas e ideas muy difundidas en el Yoga actual. Me gustaría que, con sus páginas, pudieran sacarle aún más partido a las herramientas transformativas y positivas del Yoga para conocer nuestra esencia espiritual.
YJ: En tu libro hablas de la información como conocimiento, pero no necesariamente como sinónimo de sabiduría. ¿Cómo podemos usar esta información para hacernos yoguis y yoguinis más sabios?
NH: En la actualidad, la información está disponible casi de forma indiscriminada, pero eso no redunda necesariamente en un mayor conocimiento (o sabiduría), entendido este como la asimilación
y aplicación adecuada de esa información para nuestro proceso de crecimiento interior. Por supuesto, la información es necesaria para que podamos ampliar nuestro campo de visión, pero es un medio y no la meta en sí misma. En esta línea, el libro ofrece una inmensa cantidad de información, pero la intención ha sido la de elegirla con cuidado, poniéndola en un contexto que priorice la reflexión y la aplicación práctica antes que la acumulación intelectual. Ser más sabias o sabios no se trata de leer más libros sino de aprender a aplicar las enseñanzas de forma pertinente. Para eso es necesario escuchar, reflexionar y discernir. Una buena guía, en la forma de maestro o incluso de libro, siempre ayuda.
YJ: ¿Qué papel tiene la mujer en este libro? ¿Quizá es una filosofía que refleja una deuda por saldar?
NH: Estoy de acuerdo en que hay una deuda pendiente con la visibilización de la mujer en la historia del Yoga, la cual se está empezando a saldar con la búsqueda de un paradigma menos patriarcal. En mi caso, la toma de conciencia de esta situación vino por medio de mis cursos y clases donde la mayoría de las participantes, que son de género femenino, me preguntan sobre el papel de la mujer en el Yoga, ya sea a nivel histórico como en la actualidad.
A lo que se suma que tengo dos hijas que también hacen preguntas. De allí surgió la idea de dedicar un apartado especial a la mujer en cada capítulo del libro, ofreciendo una mirada poco frecuente en los textos divulgativos sobre Yoga. En base a las diferentes referencias que tenemos he intentado reconstruir, de forma sucinta, el paisaje femenino de cada época yóguica.
YJ: ¿Crees que las redes sociales son fuente de distracción y confusión? ¿Nos está esclavizando la tecnología?
NH: Desde el punto de vista yóguico, la tecnología no tiene por qué ser negativa. Tomar una clase de Yoga online está siendo una herramienta beneficiosa para muchas personas gracias a la tecnología digital, por ejemplo. En este punto, como en todo, la clave de la vida yóguica no está en etiquetar las cosas como buenas o malas a secas, sino en saber realizar la aplicación adecuada en cada caso.
El teléfono móvil no debería ser un elemento esclavizante si lo supiéramos utilizar para nuestro beneficio y necesidad. Dicho esto, concuerdo contigo en que el fenómeno de las redes sociales es un potente elemento de distracción y va en contra de una enseñanza yóguica básica, que es la de ser capaces de concentrar la atención en un único objeto. Yo mismo uso redes sociales para difundir mi trabajo y constantemente intento estar vigilante para no quedar atrapado y sedado por sus estímulos. Por tanto, una aplicación lúcida de la tecnología, que sea acorde a nuestras necesidades y no nos quite libertad o bienestar interior sería el método yóguico.
YJ: El interés en el Yoga ha crecido en general, pero, ¿crees que los aspectos filosóficos y espirituales son igual de acogidos que los relacionados con salud y bienestar físico?
Sí, creo que el interés por los aspectos más filosóficos ha aumentado y de forma proporcional a la popularización del asana. De hecho, los llamados estudios yóguicos son una nueva disciplina en el campo académico y, a nivel popular, cada vez hay más cursos y clases sobre aspectos losó cos del Yoga. Al mismo tiempo, sigue siendo un aspecto minoritario de la práctica del Yoga porque el principal llamador es la salud física y el bienestar entendido como relajación. Sin embargo, siempre digo a otros profesores de Yoga que debemos hablar más de filosofía, porque todas las personas que vienen a clase están interesadas en el tema, ¡aunque no lo sepan! Es decir, pueden venir a clase por un dolor de espalda, pero en cuanto escuchan hablar de filosofía, en el nivel que sea, se interesan grandemente porque les aporta una mirada nueva y útil para mejorar sus vidas. Y entonces piden más.
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