Mònica Arús, profesora del curso Mindful Yoga, una práctica para integrar cuerpo y mente que ofrece Yoguic, detalla en esta entrega qué es este estilo de Yoga y qué beneficios aporta. Además, nos propone una secuencia para
practicarlo en casa.
Por Mónica Arús // Fotos de Yoguic
Mi viaje de más de dos décadas en el mundo del Yoga me ha llevado a descubrir una forma de vivirlo que resuena profundamente en mi ser: el Mindful Yoga. A lo largo de los años, he explorado diversas escuelas y tradiciones de Yoga, cada una con su visión de la disciplina y su conjunto de técnicas. Sin embargo, siempre he sentido que había algo más en el Yoga que trascendía la mera actividad física.
Aunque comúnmente, sobre todo en nuestra sociedad occidental, se asocia con prácticas físicas, en su forma clásica, el Yoga va mucho más allá. En los Yoga Sutras, Patanjali define el Yoga como: Yogascitta-vrtti-nirodhah, como la cesación (nirodhah) de los movimientos (vrtti) de la mente (citta). Su formulación del Yoga lo define como una práctica mental para calmar la actividad de la mente, mientras que las posturas (asanas) son un medio para alcanzar esta calma mental.
La esencia del Yoga radica en el desapego de nuestros pensamientos y emociones para reconocer su impermanencia y descubrir nuestra propia infinitud y plenitud. Vemos, pues, que, en su esencia más pura, el Yoga es un ejercicio mental, un viaje de observación hacia el interior de uno mismo. Cuando entendí esto, mi práctica cobró todo su sentido y es algo que me ha acompañado hasta hoy.
Posteriormente, entré en contacto con la práctica de Mindfulness (atención plena) y encontré en el entrenamiento que esta nos propone un complemento perfecto para integrar la práctica del Yoga y la meditación en nuestro día a día. Seguro que, en algún momento, has sentido esa sensación de agotamiento mental debido a la constante corriente de pensamientos que fluyen sin cesar y has experimentado la sensación de estar en medio de un torbellino. Es en esos momentos cuando la práctica de la atención plena cobra sentido y viene en nuestra ayuda para salir del modo piloto automático y prestar atención a lo que nos pasa y a lo que sentimos.
Cuando nos sugieren que nos sentemos en silencio, surgen muchas resistencias. Aquí es donde entra el Yoga: a través de las posturas y del movimiento consciente podemos ir entrando en este estado de quietud mental, casi sin darnos cuenta. Después, la meditación surge como algo más natural y orgánico.
¿Qué es el Mindful Yoga?
El Mindful Yoga no hace referencia a ninguna escuela o tradición concreta de Yoga. Es una práctica que aúna las posturas del Hatha Yoga con el entrenamiento de la atención plena que propone el Mindfulness. No se trata solo de realizar posturas de Yoga, sino de practicar con plena consciencia, prestando atención a los estados internos, las sensaciones, las emociones y los pensamientos, sin juzgar, con amabilidad hacia uno mismo y hacia la práctica. Es una práctica de autodescubrimiento y aceptación. En una sesión de Mindful Yoga, practicamos a tres niveles:
El movimiento consciente: un movimiento suave, orgánico y respetuoso con el cuerpo. Aquí se tiene en cuenta que las posturas no son la meta en sí mismas, sino un medio para aprender a escuchar el cuerpo y observar la mente.
La respiración: que actúa como un hilo conductor de la prác- tica y nos proporciona información sobre cómo nos sentimos en cada momento. Este es el puente entre el cuerpo y la mente, una herramienta poderosa que nos ancla al momento presente.
La atención plena: que nos ayuda a enfocar la mente y a aquietar los pensamientos, lo cual facilita el camino hacia el silencio interior.
En la práctica prescindimos del deseo de hacer y practicamos desde el «no esfuerzo», desde el soltar y desde nuestras posibilidades, desde lo que hay. Una sesión de Mindful Yoga es una oportunidad para estar presente en cada movimiento y en cada respiración.
Una secuencia para integrar la respiración y la atención
POSTURA INICIAL: TADASANA
De pie, con los pies paralelos separados a la anchura de caderas, la columna erguida y los hombros relajados. Sintiendo las sensaciones del cuerpo y tomando consciencia de la respiración.
MOVIMIENTO 1
Inhalando mientras levantas los brazos hacia arriba, siente los pies anclados en la tierra alargando todo el cuerpo hacia arriba con suavidad.
MOVIMIENTO 2
Exhalando mientras te inclinas hacia adelante desde la cadera, doblando las rodillas, soltando los brazos y la cabeza.
MOVIMIENTO 3
Inhalando, manteniendo las manos apoyadas contra las piernas mientras levantas el torso paralelo al suelo, alargando suavemente piernas, brazos y columna.
MOVIMIENTO 4
Exhalando mientras te inclinas hacia adelante desde la cadera, doblando las rodillas, soltando los brazos y la cabeza.
MOVIMIENTO 5
Inhalando mientras alargas la columna hacia adelante, abres los brazos a los lados y te levantas hacia arriba alargando todo el cuerpo.
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