Entrevistamos a Mark Stephens a su paso por Madrid, aprovechando el workshop organizado por el centro de yoga El Gong. Toda una experiencia con uno de los grandes formadores de formadores del mundo y también de nuestro país. Aquí, algunas de sus respuestas.
Por Lucía Passardi
Más de 40 profesores de España y Europa disfrutaron durante cinco días en Madrid, con quien para muchos ha sido su autor de referencia en la enseñanza de yoga. A través de títulos como Secuencias de Yoga, La enseñanza del Yoga o Ajustes (editorial Sirio), Mark Stephens ha contribuido a la formación de las nuevas generaciones de profesores de yoga en nuestro país.
YOGA JOURNAL: ¿Cuál fue tu motivación para escribir el primer libro?
MARK STEPHENS: Me di cuenta de que en ninguna formación había un libro de texto que recogiera las diferentes materias de yoga. Todas tenían muchos libros de consulta, pero no había uno que incluyera lo más importante de la filosofía, la historia, la anatomía, la fisiología, asanas, pranayama, etc. Así que vi una oportunidad clara de hacer ese trabajo.
YJ: ¿Cómo piensas que ha cambiado la comunidad de practicantes en las últimas décadas?
MS: Antes era una tribu mucho más reducida y con otro tipo de intereses. Los que se acercaban al yoga, lo hacían con una orientación hacia la espiritualidad. Ahora, la mayoría se acerca como un método de fitness, de reducción del estrés o, incluso, porque está de moda o es guay. No tengo nada en contra, creo que esa puede ser una primera razón. Luego nosotros, como profesores, podemos ir invitando a estas personas a hacerse preguntas más profundas sobre la vida y la espiritualidad. También confío en que los estudiantes empiecen a sentir su cuerpo de forma diferente y a atisbar que hay algo más.
YJ: ¿Qué es lo más importante al experimentar un asana?
MS: ¿A quién le importa cuán largos son tus isquiotibiales? ¿O cuánto tiempo puedes sostener un guerrero II? Lo que importa es qué te dice a ti esa postura. O dónde va tu mente cuando estás ahí. Cada postura es una oportunidad para dirigir la mirada hacia nosotros mismos. Cada postura hace de espejo para mirar hacia el interior. Después, se trata de cómo llevar esa indagación a tu vida. Los propósitos más profundos del yoga tienen que ver con explorar la conciencia, pero en esta práctica de Hatha Yoga. Es decir, con cualquier yoga físico o postural, estamos explorando a través del cuerpo y experimentando la conciencia.
YJ: ¿Qué debe hacer un profesor que quiere llevar la práctica más allá del fitness?
MS: Todo está en cómo sostenemos el espacio, cómo hablamos desde el comienzo de la clase, qué cosas sugerimos. Establecer una intención o el modo en que narras una clase, por ejemplo, es una oportunidad para preparar el terreno. Y que los estudiantes comiencen a recibir las grandes preguntas de la espiritualidad. Todas las personas pasamos por dificultades en nuestras vidas y nos hacemos preguntas, nos sentimos confundidos, o deprimidos. Pero, al mismo tiempo, hay un deseo orgánico de estar mejor, más claros, más equilibrados, más despiertos…
Es posible que muchas personas no se hagan estas preguntas si no hay alguien que les guíe. El papel de un profesor es hacer este tipo de sugerencias. Se puede enseñar el despertar, solo podemos “poner la mesa”… En Estados Unidos se dice que puedes llevar a tu caballo hasta el agua y no ser capaz de hacerle beber. Esto quiere decir que tú puedes mostrar un camino, pero, al final, es la persona la que toma las decisiones. A pesar de que la mayoría de los humanos estamos sedientos de algo más real o profundo, a veces, puede ser aterrador mirar hacia adentro.
YJ: En nuestra era, en la que todo ya ha sido escrito, grabado y publicado en YouTube, en libros… ¿Qué es lo que NO podemos aprender a través de estos medios?
MS: No podemos aprender lo más esencial: la propia práctica. Esto es porque es algo que se hace y no se aprende. Me gusta pensar en cómo se iluminó Buda. Simplemente, se sentó bajo un árbol y “despertó” a su realidad, sin profesor, sin instrucciones, sin nadie diciéndole cómo tenía que respirar o dónde tenía que poner la pierna.
YJ: ¿Cuál fue el “momentazo” del taller de Madrid?
MS: Tuvimos una práctica de Bhakti muy profunda. Comencé la sesión invitando a los asistentes a ahondar y escribir sobre emociones como miedo, ira, alegría… Cantamos todos juntos y había un ambiente increíble, de gozo en toda la sala, muy poderoso. Cantar es importante, cuando vas a cualquier iglesia o templo. En cualquier rincón del planeta, todas las ceremonias comienzan cantando. Ayer se desataron muchas emociones así.
Puedes encontrar la entrevista completa en el número 105 de la revista Yoga Journal. Para conseguirla, llámanos al 916 326 251 o escríbenos a suscripciones@revistayogaspirit.es