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Seguramente ya sabes que el ghee –esa mantequilla clarificada tan usada en el Ayurveda– es buenísimo.
Su alto contenido en grasa se ha asociado a una mejora en la digestión y a la reducción de inflamaciones patógenas en el cuerpo. Aún así, seguro que todavía prefieres el aceite de oliva virgen extra debido al fuerte sabor y olor del ghee. Incluso el mismo John Douillard, un practicante ayurvédico nos cuenta: «Tras años de depuraciones ayurvédicas con ghee de vacas alimentadas con cereal, desarrollé una fuerte aversión hacia él». Asegura.
Douillard comparte algunos de sus mejores consejos para aprender a apreciarlo:
- Opta por variedades de vacas alimentadas con pasto. «Tiene un sabor más mantequilloso y un aroma más dulce», explica Douillard.
- Echa una cucharita en tu té o café matutino, en vez de leche.
- Echa una cucharita en un bol de avena, o incorpóralo a un smoothie.
- Usa ghee fundido en vez de mantequilla para tus verduras salteadas.
- En un cazo pequeño a fuego lento incorpora una cucharita de ghee, 1 cucharita de aceite de coco, ½ cucharadita de miel, y un puñado de pepitas de chocolate negro, hasta derretirlo. Úsalo como crema para untar en pan o fruta.