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Entrevista a David Keil: la anatomía funcional del Yoga

by Redacción
David Keil

David Keil no solo es una autoridad en anatomía aplicada al Yoga; también cuenta con los conocimientos y la experiencia en primera persona de un experto profesor y practicante de Yoga. En estas páginas nos habla del enfoque funcional de la anatomía en la práctica de asana.

Por Elena Sepúlveda // Fotos de Juan Manuel García, Pía Hansen

Según la definición de Patanjali, Yoga es «el cese de las fluctuaciones de la mente». Entonces, ¿qué valor tiene aprender anatomía? Mucho, si, como sugiere David Keil, entendemos el cuerpo como un vehículo hacia ese estado, como «un laboratorio de investigación» en el que, a través del asana, purificamos el cuerpo y vamos calmando la mente para entrar en un estado de Yoga.

David keil
©Juan Manuel García

YOGA SPIRIT. Cuéntanos cómo entras en contacto con el Yoga y cómo ha evolucionado tu práctica desde entonces.

DAVID KEIL. Mi primer encuentro con el Yoga fue en el colegio, cuando tenía unos 6 años, pero no creo que eso cuente. El siguiente fue a los 17 años (ahora tengo 52). Trabajaba en un restaurante donde uno de los clientes habituales era un profesor de Tai Chi con el que todavía estoy en contacto. Él me introdujo en el Yoga, un Hatha Yoga más clásico, algo así como Sivananda Yoga.

Actualmente, enseño Ashtanga Yoga, porque me gusta el marco sistemático que crea. No porque sea rígido, sino porque al hacer las mismas posturas una y otra vez (sobre todo desde el punto de vista de la enseñanza), llegas a ver y entender la forma pautada en que movemos el cuerpo. Uno de los beneficios de repetir las mismas posturas es que llegas a intimar más con tu cuerpo, aunque esto no significa que se deban hacer las mismas posturas el resto de la vida.

¿De dónde viene tu pasión por la anatomía y qué te motivó a compartirla?

Pues diría que la semilla para querer entender la anatomía viene de aprender a moverme en mi cuerpo a través del Tai Chi y el Yoga desde una edad temprana. En algún momento pensé que quería ser acupuntor, así que me formé y aprendí nombres y funcionalidades técnicas para lo que había estado explorando y sintiendo en mi cuerpo. La fusión de la experiencia de la sensación sentida con la comprensión técnica de lo que estaba sucediendo me inspiró.

Lo que me motivó a compartir la anatomía en el contexto del Yoga fue la tergiversación que a veces se da de cómo funciona la anatomía en la práctica. Aunque quizá también tenga que ver con cómo funciona mi mente: soy muy bueno para ver un sistema complejo y explicarlo de manera sencilla. Quería ofrecer a los practicantes de Yoga la posibilidad de entender la anatomía de manera aplicable.

David Keil

Mencionas que nuestra práctica física es la puerta de entrada a una mayor comprensión de nosotros mismos a todos los niveles. ¿En qué sentido?

Cuando empezamos a explorar nuestro ser interior, deberíamos ser capaces de captar con más facilidad lo que ocurre en nuestro ser físico. Puede que te sorprenda la cantidad de gente que busca lo que debería sentir en lugar de encontrar lo que realmente siente. No se trata de cómo hago una postura, sino de qué estoy experimentando en ella, cómo estoy expresándola y cómo se siente. Si no puedes tener esta conciencia de tu cuerpo, me atrevería a decir que te va a resultar muy difícil pasar de lo físico a las cualidades más sutiles de tu ser.

Ajustar o no ajustar. Es un debate que parece estar polarizado en la actualidad. ¿Qué opinas al respecto?

Mi opinión personal se basa en mi comprensión de la anatomía. Y también en 25 años de experiencia de poner mis manos sobre el cuerpo de otras personas. Para mí, el ajuste es una de las herramientas más efectivas que tengo para enseñar a alguien lo que veo y lo que creo que su cuerpo puede necesitar en ese momento. Las palabras son un poco más complicadas. Cuando digo algo, sé lo que quiero decir, pero puede que la otra persona atribuya un significado diferente a mis palabras al escucharlas. Cuando estoy ajustando a alguien, estoy hablando más directamente a su sistema nervioso. Por supuesto que debemos tener cuidado al poner las manos sobre alguien. Por lo general, el problema es que estamos tratando de hacer que su cuerpo ejecute algo.

El ajuste debe venir informado por lo que hemos visto, por lo que entendemos que son las capacidades de esa persona y cómo la movemos en esa dirección, en lugar de tratar de hacer que simplemente ejecute algo.

Supongo que la forma más sencilla de decirlo es que los ajustes pueden ser útiles si los hace un profesor con manos bien entrenadas. Si no vienen de alguien con suficiente conocimiento y comprensión de lo que está haciendo, pueden ser perjudiciales y dañinos. Lo que más echo en falta es algo que yo llamo «empatía kinestésica». Un ejemplo sería un practicante avanzado que se convierte en profesor, se olvida de lo que es ser principiante y va y ajusta a alguien que empieza como si fuera más avanzado de lo que realmente es. Me gusta creer que tengo algún sentido de lo que la otra persona está experimentando (basándome en mi intención) cuando le pongo las manos encima o le ayudo con una postura concreta.

David Keil
©Pia Hasen

Tu canal de YouTube tiene una interesante sección de Pregunta del mes. ¿Hay algún tema que surja una y otra vez? ¿Hay algo que aún no te han preguntado y que sientes que debería entenderse mejor?

Me llegan muchas preguntas sobre dolores o lesiones. Por desgracia, es muy difícil responder a estas preguntas porque no es posible ver y evaluar al alumno. Es frecuente que busquemos una única respuesta correcta a una pregunta, cuando las respuestas son múltiples. Si hay algo que creo que la gente debería entender mejor es que la clave para resolver cualquier problema o lesión es evaluar a fondo la situación y luego formular algunas pruebas.

En otras palabras, si pruebo esto, ¿cambia algo? Si es así, vuelve a evaluar con esa información. Si no, descarta opciones basándote en la prueba. Continúa así hasta que tengas una buena hipótesis sobre lo que crees que puede estar causando el problema y luego haz más pruebas durante más tiempo.

Creo que tenemos que aprender a ayudarnos a nosotros mismos observando y evaluando bien, y luego adoptando medidas, que encontremos razonables. Abandona la idea de cómo se supone que deben ser las cosas y observa cómo son realmente de la forma más objetivamente posible. Luego, toma decisiones basándote en lo que has visto.

El estudio de la anatomía funcional se abre cada vez más camino en el mundo del Yoga. ¿Cómo definirías este «nuevo» enfoque del estudio del cuerpo humano?

Creo que en el mundo del Yoga estamos intentando crear un movimiento «funcional», es decir, uno en que sepamos cómo evitar lesiones y cómo obtener el máximo beneficio físico de nuestra práctica. La idea básica es que las cosas se descomponen en piezas más pequeñas, las codificamos, las ponemos en una caja y etiquetamos partes de nuestra anatomía. Pero la comprensión que comenzó hace unos 25-30 años (y quizá incluso antes en el mundo de la anatomía) es que realmente es importante ser capaz de mantener la visión de las partes interconectadas. No somos una suma de piezas, y mirarnos a nosotros mismos de esa manera no nos proporciona una visión completa.

Como yoguis, nos interesa ver el contexto más amplio y saber cómo están interconectadas las partes. La idea general de la anatomía funcional no es ignorar las partes, porque siguen siendo ciertas, sino mantener una perspectiva más holística sobre la interrelación entre ellas en un ser humano vivo, en lugar de en las páginas de un libro.

Desde el punto de vista de la anatomía funcional, ¿qué sería más interesante: explorar por qué un asana no es accesible y seguir intentándolo o encontrar otro con la misma función?

Creo que explorar los asanas que no nos son accesibles es una parte importante del aprendizaje. Eso no quiere decir que no debas hacer otras posturas que tengan una función similar. De hecho, podríamos argumentar que esto último es totalmente necesario: podemos aprender cosas de la postura que sí podemos hacer y luego aplicarlas a la que nos es menos accesible.

Recuerda que la finalidad de las posturas no es realmente la flexibilidad o su función en nuestro cuerpo.

Sí, eso ocurre y es un beneficio y una buena razón para hacerlas. Pero la finalidad de las posturas es manipular la energía en nuestro cuerpo. Desde ese punto de vista, no importa qué posturas hagas, siempre que estés manipulando la energía y aprendiendo a controlar tu cuerpo.

David Keil
©Pia Hasen

En tu libro Anatomía Funcional (Ed. Paidotribo), primero hablas de las «partes específicas» y, luego, de los patrones anatómicos de grupos de asanas. ¿Por qué esta estructura?

Sí, esto nos lleva al núcleo de la forma en que veo la anatomía funcional aplicada al Yoga. Tienes que comprender las partes y las piezas como base. Luego has de ver cómo las posturas utilizan la anatomía funcional.Por eso, en la segunda mitad del libro, en lugar de hacer lo que ya se ha hecho, que es etiquetar las partes mientras alguien está de pie o sentado y hace una postura, he querido profundizar y describir los patrones de movimiento más comunes que se producen en una práctica generalizada.

La segunda mitad del libro se centra en comprender cómo las posturas viven dentro de estos patrones generalizados de movimiento y cómo la postura más sencilla se va a construir sobre ellos. Por ejemplo, aprenderás cosas de la flexión más básica que te van a ayudar cuando llegues a una postura más avanzada en la que el torso tenga que pasar por las piernas.

Personalmente, no me parece útil describir qué músculo se contrae y cuál se alarga mientras haces una postura de Yoga, porque entonces la gente intenta buscar eso en lugar de tener la experiencia de lo que realmente sienten al hacer una postura.

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