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Educar en Mindfulness

by Redacción
ENTREVISTA: VICTORIA MARTÍN-MORENO
El fenómeno Mindfulness sigue extendiéndose en España, pero ¿cuál es la verdadera esencia de esta práctica? ¿Qué dificultades podemos encontrar al introducir esta práctica en el ámbito educativo? Victoria nos habla desde su experiencia.

Por Lucía Passardi 

 

Victoria Martín Moreno, tiene diez años de experiencia como meditadora y se ha especializado en el desarrollo de materiales y formaciones para compartir la práctica de Mindfulness con los educadores y los propios niños. Se ha formado en Mindfulness para la Educación a través de Mindful Schools, Escuelas Despiertas (Universidad Autónoma de Barcelona), Mind with Heart (Londres) y Awareness Through the Body. Ha realizado el Programa de reducción del estrés basado en Mindfulness por la Universidad Complutense de Madrid (MBSR), el Entrenamiento en el cultivo de la compasión, y la Formación de fundamentos de MBSR del centro de Mindfulness de la universidad de Massachussetts.

Según el doctor Jonh Kabat-Zinn, fundador del programa MBSR, “Mindfulness
es la conciencia que emerge a través de poner nuestra atención deliberadamente en el momento presente, sin juicios, y al servicio de la comprensión del si mismo y la sabiduría”.
¿Podemos aplicarlo también a los niños? Victoria Martín Moreno nos cuenta cómo.

Yoga Journal: Victoria, ¿cuánta experiencia hay que tener para enseñar a los niños esta práctica?

Victoria: A veces se piensa que para enseñar a los niños con saber un poquito ya es suficiente solo porque son niños, y yo creo que es al contrario. Los niños te van a hacer las preguntas más claras y te van a mostrar todas las posibilidades de que no funcione. Es importante haber entendido que Mindfulness no es una técnica de relajación, y que las emociones no hay que reprimirlas, porque las emociones están para algo, y es muy peligroso con los niños que ahora con el Mindfulness vayamos a reprimirles su enfado. Porque no se trata de respirar para que la ira se vaya, se trata de respirar para poder responder al estímulo que nos ha hecho enfadar desde un lugar de mayor calma. Cuando sienten inquietud, por ejemplo, hay que saberles guiar para que ellos se den el permiso de sentir lo que están sintiendo, y no por ello se sientan culpables, o que no lo están haciendo bien, o se sientan un incordio por estar inquietos… Para acompañar al niño uno ha tenido que haber pasado por acompañarse a sí mismo en una inquietud o en una emoción difícil, para hacerlo desde un lugar que conoces.

¿A partir de qué edad un niño o niña puede empezar a practicar Mindfulness?

Los padres quieren lo mejor para sus hijos y están dispuestos en invertir todo lo que haga falta  en ellos, pero la mejor inversión es que ellos mismos se cuiden, que los padres y madres tengan una práctica, ya sea de meditación, de yoga o de lo que sea que a ellos les haga estar más calmados y conectados con ellos mismos. Con los niños estamos conectados de sistema nervioso a sistema nervioso, y esa conexión esta ya desde el embarazo, así que toda práctica que hagas para estar consciente, presente y vibrando en esa aceptación del momento presente tal cómo es, estás creando un impacto sobre ese ser vivo que está en tu interior o con el que compartes espacios muy íntimos. De cinco a siete años pueden empezar a entrenar la atención focalizada a través de juegos y algo de gestión emocional, y desde los ocho puede haber una parte más conceptual, de comprensión, se puede empezar a hablar de porqué sufrimos, cuál es el mecanismo del apego, de las emociones etc…

¿Cómo son los programas que estas desarrollando dirigidos a educadores?

Hay una formación para profesores en los colegios, en la cual primero los profesores hacen un programa para su propio bienestar y comprensión, y después se les ofrece la metodología para enseñar a los niños. Hay también otro programa para otro tipo de educadores como padres y madres, otros profesionales como terapeutas o profesores de otras disciplinas como el yoga, la danza, música… esta formación está compuesta de ocho sábados y te va aportando el método sesión por sesión de manera vivencial
y experimental. Es un método basado en mindful schools, que lleva diez años probándose en EEUU. Todas las prácticas que experimentas se te entregan en cuadernillos, y además se aprenden muchos juegos, canciones, dinámicas, experimentos, para dar el aspecto lúdico al aprendizaje. Al acabar esa formación tienes una guía muy clara para empezar a manejarte y tener tu propia experiencia con niños de variadas edades.

Para los profesores de yoga para niños es enormemente útil. El yoga ya aporta la conexión con el cuerpo, con las sensaciones a nivel físico, pero si además de eso puedes incorporar técnicas para experimentar en quietud, para que empiecen a observar su mente, a reconocer cuando se distraen y saber volver, a tener “anclas” que pueden utilizar para mantener su atención y permanecer en el momento presente, anclas como la respiración, el cuerpo, pero también los sentidos con los que se puede experimentar muchísimo. Y luego está también la parte de gestión emocional, que puede complementar y enriquecer enormemente las clases de yoga.

Estos libros pretenden ser una herramienta para que padres y educadores trabajen con los niños.

Tienes varios vídeos explicativos para la comprensión y una colección de cuentos para niños con material didáctico muy interesante… ¿Qué nos puedes decir de ellos?

Los cuentos son fruto de la necesidad de material para trasmitir estas prácticas a los niños. Primero escribí “Irene y el enfado” para hablar de la gestión emocional. Después vino ¿Dónde está la felicidad?, que lo hice para explicar a los niños porqué practicamos la meditación. En él vemos claramente que si nuestra felicidad depende de algo que viene del exterior tenemos todas las de perder, debido al carácter impermanente de las cosas, y que hay una felicidad que viene de dentro que sí podemos cultivar. Y por último el cuento “¿Quién soy yo?”, que trata de la auto-apreciación, de darnos cuenta de que cada uno es maravilloso tal cual es, y que no hace falta compararse con nadie porque todos somos diferentes y quizás nuestra misión en la vida es poder ser nosotros mismos para que desde nuestro brillo único podamos aportar al mundo algo especial que solo cada uno puede hacer.

El Mindfulness se está extendiendo muy rápidamente en occidente. Está habiendo ahora mismo un auge de todas esta práctica, ¿Qué piensas de esta expansión?

Al haber sacado esta práctica de su contexto original, que es el budismo, se está perdiendo una parte que es lo más transformador de todo: algo que no se puede medir ni demostrar científicamente pero que se puede experimentar. Es ir más allá de nuestro concepto de quienes somos como seres individuales y entender quiénes somos desde una consciencia más amplia. Oí decir a un monje budista que “Mindfulness no es una técnica para tener éxito, es una técnica para ser una persona libre, y se trata de llegar al fondo de tu sufrimiento y encontrar la manera de liberarte de él, deshacer las ataduras estancadas de la mente; eso es lo más importante de nuestra vida.

Siento que el Mindfulness se puede convertir en un “masajito” para nuestras estresadas vidas en esta sociedad, que está construida sobre bases que no funcionan, que no buscan la felicidad real de las personas sino una sobreestimulación, un sobreconsumo, una individualismo, un no importarnos los demás etc… si no llegamos al fondo  del asunto, entonces el Mindfulness se convertirá en un masaje para que esa persona siga trabajando en una empresa que no le aporta y que no aporta nada al planeta, y simplemente practicará Mindfulness para relajarse un poco, quedándose solo con un pequeño resplandor de lo que es una joya supervaliosa.

Y en el ámbito educativo el peligro es que ahora se vende el Mindfulness como si fuera la panacea, algo que va a resolver todos los problemas del mundo, y como es lógico todos los padres y educadores van a querer eso para los niños. En este momento hay mucha información en internet, puedes ver vídeos en youtube y sacar mucho material que te puede funcionar en las clases, pero si de verdad quieres que tus alumnos tengan esto para siempre, esa semillita que luego van a poder seguir utilizando, para estar más despiertos, para comprender mejor lo que les pasa y saber cómo resolverlo, para tomar una decisión desde un lugar de más claridad y calma, si de verdad eso es lo que quieres aportar a los alumnos, eso no es suficiente. Es necesario que tú mismo pases por el proceso, te des cuenta de las dificultades que encierra y de tantas cosas en primera persona antes de trasmitirlo a los niños o a quien sea.


Victoria Martín-Moreno

Imparte cursos de Mindfulness a educadores, familias y niños.
Más info: www.cocotips.es

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