El Yoga Sensible al Trauma (YST) está diseñado con el propósito de sanar el trauma. Aunque es una metodología específica, podemos aprender de sus principios para hacer que todas nuestras clases de Yoga sean más sensibles, seguras y empoderadoras para los alumnos. Como practicantes, también podemos llegar a las clases con la conciencia de que es nuestro derecho cuidar de nuestras necesidades emocionales y físicas, incluso si no se alinean con lo que propone el profesor.
Por María Macaya
El Yoga Sensible al Trauma tiene siete pilares, cada uno de los cuales nos enseña cómo influir positivamente en el bienestar de los alumnos o en el nuestro propio. Un estudio de Yoga Alliance muestra que el 52% de las personas comienzan a practicar Yoga buscando alivio emocional: reducir el estrés, mejorar estados de ánimo o regular sus emociones. Con esto en mente, adaptar nuestras clases para que sean más sensibles puede tener un impacto profundo, sobre todo cuando persisten heridas (trauma) que aún son difíciles de cerrar.
Seguridad
Sentirse seguro es el pilar básico para conectar con uno mismo y con los demás. Solo cuando estamos seguros podemos aprender, fluir y estar presentes.
Consejos para profesores
- Crea un ambiente acogedor: asegúrate de que la sala esté ordenada y libre de estímulos externos molestos como ruidos fuertes u olores intensos. La iluminación suave y la visibilidad clara también ayudan a los alumnos a sentirse seguros y relajados.
- Cuida tu lenguaje corporal y tu voz: un tono de voz cálido y relajado, acompañado de un lenguaje corporal abierto, comunica calma y seguridad. Las expresiones faciales genuinas también ayudan a los alumnos a sentir que están en un espacio de confianza.
- Usa un lenguaje sin juicios: evita generar competencias o comparaciones. Recuérdales a los alumnos que cada cuerpo es único y que no hay una postura «correcta» para todos, sino la que mejor se adapta a las necesidades de cada persona.
Consejos para practicantes
- Confía en tu intuición sobre la seguridad: si te sientes incómodo en una clase o espacio, es importante que escuches esa sensación. Siempre puedes buscar otro entorno que te haga sentir más seguro.
- Elige tu lugar en la sala: escoge un lugar en el que te sientas cómodo, ya sea en la parte delantera para tener una mejor visibilidad o en la parte trasera si prefieres más espacio y tranquilidad.
- Reconoce cómo te afecta la voz y el lenguaje del profesor: si algo en la comunicación del profesor no te hace sentir seguro, permite que eso te guíe. Siempre es válido adaptar tu práctica o buscar otro entorno donde te sientas más apoyado.
El poder de las opciones y de elegir
Tener opciones en la práctica es clave para que cada persona pueda conectar con sus propias necesidades y responder a ellas sin presión.
Consejos para profesores
- Opciones: ofrece dos o tres opciones para que los alumnos puedan elegir lo que mejor se adapte a su cuerpo. Esto puede ser tan simple como una modificación o el uso de soportes. Evita comparaciones de más avanzado o menos al ofrecer las diferentes opciones.
- Fomenta el uso de soportes: los bloques, mantas, cintas o la pared son elementos que facilitan la adaptación de las posturas a sus necesidades individuales.
Consejos para practicantes
- Escucha a tu cuerpo sin juzgar: no hay una variación mejor o peor; lo más importante es lo que tu cuerpo necesita en ese momento.
- Elige siempre lo que te haga sentir bien: aunque el profesor ofrezca indicaciones, si algo no sientes que sea bueno para ti, está bien optar por una opción diferente o incluso tomar un descanso.
Conexión con nuestros sentidos
Los sentidos nos ayudan a percibir el mundo externo y nuestro propio cuerpo. Conectar con ellos en la práctica es una manera de estar presentes y de acoger a nuestro cuerpo sin juicios.
Consejos para profesores
- Fomenta la exploración sensorial: invita a los alumnos a sentir su cuerpo, prestando atención a las sensaciones. Esto puede incluir la tensión en los músculos o el ritmo de la respiración.
- Facilita el reconocimiento del dolor: ayuda a diferenciar entre el dolor que implica crecimiento y el dolor que puede indicar daño. Fomentar esta autoescucha es esencial para evitar lesiones y cultivar la autocompasión.
Consejos para practicantes
- Sé consciente de tus sensaciones: observa cómo se siente tu cuerpo en cada postura, tanto física como emocionalmente. Es una oportunidad para acompañarte y conocerte.
- Habla a tu cuerpo con respeto: en lugar de juzgarlo o forzarlo, agradece lo que hace por ti. Esta actitud puede ayudarte a disfrutar más de tu práctica y a estar más en sintonía contigo mismo.
Presencia
Estar presente significa soltar las preocupaciones del pasado y el futuro para enfocarnos en el aquí y ahora. El Yoga es una herramienta poderosa para cultivar esta presencia.
Consejos para profesores
- Enseña a enraizarse: invita a los alumnos a sentir el apoyo del suelo bajo sus pies o cuerpo como una manera de conectar con el momento presente.
- Usa la respiración como ancla: dirige a los alumnos hacia la observación de su respiración y de cómo se mueve su cuerpo con cada inhalación y exhalación. Esto ayuda a traer su atención de vuelta al ahora.
Consejos para practicantes
- Conecta con la respiración: cada vez que te sientas distraído o estresado, vuelve a tu respiración. Sentir cómo el aire entra y sale de tu cuerpo te ayudará a anclarte en el presente.
- Observa sin juzgar: no te castigues si te distraes durante la práctica. Simplemente vuelve al presente cuando te des cuenta, con compasión hacia ti mismo.
Sistema nervioso
Nuestro sistema nervioso puede estar hiperactivo o letárgico en distintos momentos. El Yoga puede ayudar a equilibrarlo, pero es importante reconocer en qué estado estamos.
Consejos para profesores
- Ajusta la clase según el estado de los alumnos: si los alumnos parecen estar muy activos, comienza con movimientos más dinámicos para luego llevarlos hacia un estado de más calma. Si llegan cansados o letárgicos, empieza con posturas relajadas y suaves.
- Evita posturas que desregulen el sistema nervioso: si los alumnos están en un estado de hiperactivación, posturas que requieran demasiada calma pueden generar más ansiedad. Escoge las posturas adecuadas para guiar a cada persona hacia el equilibrio.
Consejos para practicantes
- Reconoce el estado de tu sistema nervioso: antes de comenzar la clase, observa si te sientes muy acelerado o si, por el contrario, te falta energía. Esto te ayudará a adaptar tu práctica.
- Usa la respiración para regularte: la respiración lenta y profunda es una herramienta eficaz para calmar el sistema nervioso cuando te sientes demasiado activo, mientras que una respiración más vigorosa puede ayudarte si te sientes letárgico.
Conexión
El Yoga es una oportunidad para conectar tanto con uno mismo como con los demás, creando un espacio de comunidad y apoyo mutuo.
Consejos para profesores
- Fomenta una atmósfera de comunidad: cultiva el respeto mutuo, la aceptación de diferencias y similitudes, y si lo ves adecuado, el trabajo en parejas.
- Respeta los límites de los demás: no todos los alumnos buscan la misma cantidad de interacción o contacto. Observa y respeta los límites físicos y emocionales de cada persona.
Consejos para practicantes
- Conecta contigo y con los demás: aprovecha el espacio de la clase para reconectar contigo mismo, pero también para sentirte parte de una comunidad que comparte el mismo espacio y propósito.
- Respeta tus propios límites y los de los demás: si sientes que no necesitas mucha interacción, está bien. Y si percibes que alguien más necesita espacio, respeta ese límite sin juicios.
Autocompasión
El Yoga es un espacio ideal para practicar la autocompasión, cultivando un diálogo interno positivo y cuidándonos con amabilidad.
Consejos para profesores
- Usa un lenguaje que fomente el autocuidado: alienta a los alumnos a tratarse con amabilidad y a escuchar sus cuerpos. Frases como «merezco cuidarme» o «me deseo bienestar» pueden reforzar esta práctica.
- Empodera a los alumnos: recuérdales que ellos tienen el control sobre su práctica y que pueden modificar o adaptar cualquier postura para honrar lo que sienten.
Consejos para practicantes
- Practica el diálogo interno positivo: durante la práctica, observa cómo te hablas a ti mismo. Si surge una crítica, respóndela con compasión. Reemplaza pensamientos autodestructivos con frases amables como harías con un amigo.
- Date permiso para cuidarte: el Yoga no es solo una práctica física; también es un acto de amor propio. Permítete ser amable contigo mismo y disfrutar de la práctica como un momento para cuidarte. Este enfoque en la sensibilidad dentro de la clase de Yoga puede transformar la experiencia tanto para profesores como para practicantes, creando espacios donde todos se sientan seguros, conectados y capaces de cuidar de sí mismos.
BREVE BIO DE MARÍA MACAYA
María Macaya está especializada en trauma y Yoga Sensible al Trauma. Ofrece cursos y formaciones desde Fundación Rādika, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la salud mental de la que María es presidenta y directora. Es la autora de Yoga Sensible al Trauma: Sanando desde el Interior, editado por Plataforma Editorial y disponible en librerías y Amazon.
Si quieres aprender más acerca de los principios del Yoga Sensible al Trauma (YST) y cómo aplicarlos en tu práctica, estos consejos de María Macaya, que puedes encontrar en el número 140 de la revista YOGA SPIRIT, te van a ser de mucha utilidad. Para conseguirlo, llámanos al 916326251 o escríbenos a suscripciones@revistayogaspirit.es