En enero y febrero entramos en la etapa más profunda del invierno. Transitamos la estación de los doshas Vata (aire y éter) y Kapha (tierra y agua). Apetece refugiarse debajo de una manta calentita, tomar una infusión, encender una vela aromática y pasar más tiempo en casa. Es un buen momento para meditar y llevar un diario, para ordenar pensamientos, trabajar la creatividad y crear nuevos propósitos, y desarrollar proyectos. En cuanto a la alimentación y la práctica, estas son las claves según la medicina ayurvédica para poner en práctica ahora.
Por Susann Mayer
Según el Ayurveda, hay seis estaciones en la India, de las cuales tenemos solamente cuatro en nuestro calendario occidental en Europa. La quinta estación es la época de los monzones con fuertes lluvias y tormentas, seguido por el invierno tardío, con más frío y humedad. Hay menos viento y los días se vuelven a alargar. En el hemisferio norte, nuestra época más fría comienza el 21 de diciembre y termina el 20 de marzo. El solsticio de invierno marca el día más corto y la noche más larga del año: un cambio importante de la fase lunar a una solar.
A menudo, en la transición de otoño a invierno, nos puede entrar melancolía, pesadez y fatiga. Sobre todo las personas de constitución Kapha tendrán más tendencia a la depresión mientras que el tipo Vata Dosha sufrirá de inestabilidad, insomnio o nerviosismo. Ahora, es aconsejable reunirse con seres queridos y buscar actividades que nos llenen el alma de alegría.
Como indica la medicina ayurvédica, cada estación está relacionada con uno o dos doshas. La primera fase de invierno está influenciada por Vata Dosha (elementos: aire + éter) con más aire y sequedad en las hojas de los árboles y la piel. La segunda parte está predominada por Kapha Dosha (elementos: tierra + agua) con mucho frío, humedad, nieve y heladas dependiendo de la zona.
Estos doshas estacionales se reflejan igualmente en el cuerpo humano. Cuando empiezan a bajar las temperaturas, notamos las articulaciones y los músculos más rígidos, y el elemento aire se manifiesta con crujidos en el espacio entre los huesos. La piel se vuelve más áspera y el pelo más crespo. Con el viento y la niebla empiezan los resfriados, la gripe, bronquitis, otitis, las cefaleas o migrañas. Por lo tanto, es aconsejable prevenir y cuidar nuestros hábitos tanto en la entrada al invierno como hacia el comienzo de la primavera. Rutu Sandhi se refiere a los cruces de temporada. Es la fase crítica en la cual hay que vigilar el estado de la salud Swasthya en el cambio estacional Sama Rutu.
Siempre tenemos que tomar en cuenta nuestro Dosha individual, Prakruti, y el estado actual, Vikruti. Una persona de constitución Vata estará más afectada en la primera fase de invierno con el aire frío y la sequedad, Katha Dosha en la segunda etapa más húmeda y fría y las personas con cualidades de Pitta Dosha (elementos: fuego y agua) estarán a gusto con la bajada de las temperaturas, incluso la nieve.
Cómo debe ser la práctica
El Yoga nos puede ayudar a combatir el letargo a través de las extensiones como la Cobra (Bujanghasana), el Pez (Matsyasana), el Camello (Ustrasana), el Arco (Dhanurasana), el Medio puente (Setu Bandhasana) o el Puente completo (Urdhva Dhanurasana). Y de pie, la Postura del Bailarín (Natarajasana). Todas son energizantes y abren los bronquios. Las torsiones y posturas invertidas aumentan el calor en el cuerpo y mejoran el metabolismo y la digestión.
Por la tarde, y para alumnos influenciados por Vata Dosha, deberíamos equilibrar nuestra práctica con asanas relajantes de flexión hacia delante como Uttanasana y Paschimottanasana, combinado con posturas de enraizamiento como el Árbol (Vrikshasana) o la Montaña (Tadasana).
El Pranayama más adecuado para contrarrestar Kapha Dosha y entrar en calor es la respiración del fuego Kapalabhati que se debería practicar a primera hora de la mañana. Para calmar Vata Dosha o una práctica más suave por la tarde, se puede terminar con la respiración equilibrante Anuloma Viloma o lunar Chandra Bhedana.
¿Y la alimentación ayurvédica?
En invierno solemos comer alimentos más pesados, tubérculos, setas, y surgen antojos de dulce y salado. Es la temporada de los cítricos antioxidantes y las coles que, con su alta dosis de vitamina C, ácido fólico, crucíferos y anticancerígenos, nos ayudan a mantener el sistema inmunitario activo. Las verduras de hojas verdes, como las espinacas, acelgas, hinojo, apio, grelos o bok choy, nos proporcionan otras vitaminas y minerales esenciales. Su alto contenido de fibra mantiene el tracto intestinal limpio. Es importante consumir verduras cocidas, platos calentitos como potajes y solamente ensaladas semitibias, por ejemplo; remolacha cocida con garbanzos, hojas de apio, aguacate y trocitos de manzana y nueces.
Se pueden evitar los resfriados abrigándose bien, no exponerse a corrientes y tomar bebidas, caldos y potajes calientes. Para los dolores de garganta, tos y afonía, recomiendo masticar jengibre deshidratado sin azúcar y hacer baños de vapor con eucalipto para despejar los bronquios. Para la limpieza nasal, Jala Neti, con agua tibia y sal marina biológica o de roca –se puede usar un vaso si no tienes el Neti Pot en casa–.
A partir de enero los días se vuelven gradualmente más largos. Es conveniente levantarse y acostarse pronto y comer con la luz del día. En invierno nuestro fuego digestivo, Agni, en un cuerpo sano, es más intenso para contrarrestar las temperaturas bajas afuera. Apetece comer más dulce, pesado y untuoso, todo lo que caracteriza Kapha Dosha.
En esta fase del año deberíamos crear resistencia e inmunidad a través de una comida nutritiva y rejuvenecedora Rasayana. Es importante no pasarse de las cantidades y únicamente comer cuando haya hambre de verdad. Si no, las sustancias no digeridas se pueden convertir en mucosidad Klesha y toxinas Ama. Sobre todo, hay que evitar los lácteos en invierno, especialmente los derivados fermentados, yogures o quesos, que crean más inflamación en el organismo.
Para preparar el aparato digestivo, podemos masticar un trocito de jengibre 10 minutos antes de las comidas. Para personas de constitución Vata se puede añadir una pizca de sal para estimular el apetito. Las especias calientes, amargas y astringentes ayudan a asimilar y reducir Kapha Dosha en el cuerpo, como el jengibre, la cúrcuma, pimienta, ajo, cayena, canela, cardamomo, clavo de olor, anís, azafrán, comino, laurel, romero, orégano, tomillo, fenogreco, asafétida, semillas de mostaza e hinojo.
Ideas para disfrutar cuidándose
Para beber, recomiendo las infusiones de especias calientes con regaliz que es rasayana, rejuvenecedor. Para Vata Dosha podemos utilizar canela, clavo de olor, jengibre, cardamomo, nuez moscada, cáscaras de cacao para hacer un chai sin teína con leche vegetal. Semillas de hinojo o anís alivian los gases y cólicos.
Pitta Dosha tendrá que tener cuidado con el picante y evitar la pimienta. Las infusiones tipo rooibos o honeybush con regaliz, manzanilla o la piel de manzana con canela, le favorece para reducir su fuego y acidez estomacal. La salvia ayuda a moderar la sudoración y los sofocos durante la menopausia. Para añadir miel orgánica, hay que dejarlas enfriar.
A las personas Kapha Dosha, les sienta bien el picante, por ejemplo una infusión de jengibre, pimienta negra o pippali, cúrcuma y cáscara de limón o naranja o un té verde chai.
Una infusión tridoshica expectorante, sería tomillo y laurel o té de eucalipto. Tulsi destaca por sus propiedades antioxidantes.
Según la filosofía ayurvédica, los postres idealmente no se consumen directamente después de la comida sino mejor en forma de merienda. A los niños, grandes y pequeños, les encanta el arroz con leche. Para hacerlo más saludable, es preferible utilizar leche vegetal y como endulzante dátiles, pasas o higos, canela, cáscara de naranja o limón y agua de rosas. Trocitos de nueces, anacardos y pistachos naturales le añaden un valor nutritivo.
Igualmente, les puedes sorprender con bolitas energéticas de puré de calabaza, boniato o plátano maduro con avena, harina de almendra, frutos secos picados rebozado con cacao natural en polvo.
A comienzos de año, la naturaleza se prepara y reúne sus fuerzas vitales para florecer en primavera. El ser humano puede aprovechar esta fase de introspección, abrazando la oscuridad con un mantra, una afirmación positiva para el solsticio de invierno: «Liberar y renovar: suelto lo que ya no me sirve, creando espacio para el crecimiento y la transformación»
Trucos de la abuela y una receta infalible
- Para la tos seca, un consejo ancestral consiste en aplicar un paño húmedo alrededor del cuello y encima una bufanda gorda durante la noche.
- Para bajar la fiebre de una gripe: podemos tomar infusión de jengibre con semillas de cilantro y poner trapos húmedos alrededor de las pantorrillas.
- Los automasajes hidratantes con aceite de sésamo, especialmente en la planta del pie, ayudan a inducir el sueño, una costumbre ayurvédica muy placentera.
Por último, os dejamos una receta ayurvédica sencilla que nos encanta y es ideal para estos meses: la coliflor pochada a fuego lento con jengibre, ajo fresco y semillas de fenogreco. Se fusiona en un sabor muy agradable y se convierte en un remedio antioxidante, antiinflamatorio, anticancerígeno y antivírico. Se puede acompañar con una proteína como los guisantes, anacardos o alguna legumbre, y un cereal como el mijo, quinoa o trigo sarraceno, o un arroz especiado para tener un plato combinado completo.
BREVE BIO
SUSANN MAYER, con posgrado en Estudios Ayurvédicos, es profesora certificada de Hatha Yoga, Ashtanga,Vinyasa Yoga, AcroYoga, Yoga para niños, Yin Yoga, AyurYoga, Masaje tailandés y Masaje facial japonés. www.susannmayeryoga.com / @susannmayeryoga
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